Capítulo 5 - Tomioka no sabe lo que quiere.¿O tal vez sí?

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Ustedes lo pidieron. Yo se los traigo.


No comprendía que le estaba pasando últimamente, pero sabía que la razón tenía nombre y apellido, Koucho Shinobu. Cuando estaba cerca de ella los miles de escudos que había levantado alrededor de su corazón caían como si fueran de papel. Y odiaba eso.

Shinobu era en todo lo que podía pensar,todo lo que podía ver al cerrar los ojos. La forma en que ella lucía en aquel club, la manera en que lo sedujo sin decirle una sola palabra despertó cosas en él que creyó muertas, y cuando ese tipo la tocó sintió la furia hacer hervir su sangre. Nadie podía tocarla. Nadie tenía derecho a ello.

Pero él quería hacerlo.

En realidad, quería hacerle muchas cosas.

Y ese tipo de pensamientos no le gustaban, para nada. Se suponía que él era un hombre dedicado a su trabajo, un ser sin alma ni corazón, un ente vacío sin deseos de ningún tipo. Así se suponía que era él. Así quería ser. Y luego venía ella con su bonita cara, su bonito y sensual cuerpo, su linda y suave voz y sus grandes ojos de largas pestañas negras y hacía que esa resolución se hiciera pedazos.

Debía mantenerse alejado de ella.

Por el bien de su salud mental, tenía que alejarse de ella.

Se encontró con la gran pared de que no podía hacerlo.

Alejarse de ella le estaba resultando demasiado difícil, ya que por alguna u otra razón se acercaban cada vez más, cual si hubiera alguna ley de atracción entre ellos que los hiciera rotar uno alrededor del otro. Pujando y tirando a ver quien cae primero, y a veces le daba la sensación de que Shinobu llevaba ventaja en ese juego.

Todo con respecto a ella le contrariaba.

Quería mantener distancia.

Deseaba tocarla.

No necesita ese tipo de cosas.

Su mirada la encuentra de forma irremediable.

Su mente y corazón tiraban de una cuerda que en cualquier momento podía romperse y llevarlo a hacer algo de lo que se arrepentiría, o tal vez no.

Hoy le tocaba patrullaje nocturno en la zona B del territorio que les pertenececía, y bueno, al parecer alguien muy retorcido de los altos mandos creyó que era buena idea que Shinobu fuese su compañera. Denle un maldito respiro.

- Tomioka-san, ¿vives solo?

- Sí.

- ¿No tienes pareja, ni familia, ni nada de eso?

- No.

- Me lo imaginaba. Solitario como siempre.

- Lo que tú digas. - ni siquiera sabe porque le está siguiendo la conversación o respondiendole preguntas tan personales. Y a pesar de que piensa eso, en realidad, también tiene curiosidad.

- ¿Y tú?

- ¿Eh? - ella le mira confundida, y puede entenderla, es inusual que se interese por este tipo de cosas.

- Qué si tienes familia o pareja.

- Ah, yo. Tuve una hermana. Pero murió varios meses atrás. - era la primera vez que veía tal expresión en Shinobu, llena de tristeza y melancolía. Y eso le dio una punzada al corazón, una sensación amarga de disgusto. No le agradaba verla así.

- Y pareja, ¿tienes? - Shinobu mostró una amplia sonrisa y un muy leve sonrojo.

- Hay alguien que quiero que lo sea. - respondió mirándolo directamente, por alguna razón sintió el corazón palpitándole en la garganta. Quería saber más.

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