Epílogo

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Se habían infiltrado con éxito en la casa de su objetivo, y era de esperarse que un hombre de tal poder y con muchos secretos que no quería revelar tuviera mercenarios contratados para su protección. Por tanto, no era de extrañar que estuvieran escondidos de tras de las columnas de aquella mansión resguardándose de los disparos.

— Si solo hubieras dejado a Shinobu... — escuchó la sugerencia de Uzui a través de su mano libre, al mismo tiempo en que este disparaba. Todos tenían una comunicación en común para garantizar que la misión saliera bien.

— Estás mal de la cabeza si crees que voy a dejar que mi esposa coquetee con otro hombre que no sea yo. — le respondió entre dientes para luego asomarse y dispararle en la cabeza a uno de los mercenarios.

— Eres de mente cerrada amigo. Yo si dejo que mis esposas hagan ese tipo de trabajos, estoy confiado que al único que aman es a mí. — refutó Uzui, quien lo miró desde la columna paralela a dónde estaba y le sacaba la lengua para luego sonreír burlón.

— Todavía no puedo creer que tenga tres esposas Uzui-san. ¿Eso siquiera es legal? — preguntó Tanjiro, para luego escucharse un tiro cercano a él y el sonido de alguien cayendo al suelo. Kanao le preguntó si estaba bien para este responderle que sí, que no había sido él.

— Nada de lo que hacemos es legal, Tanjiro. — respondió Kanroji entre risas.

— ¡Concéntrense! Estas cosas no son para hablarlas en una misión. — escuchó a Shinobu regañandolos a todos, mientras daba tres disparos consecutivos, recibiendo un sí colectivo. No era la líder de la misión pero cuándo se ponía así no había quien la retara, mucho menos cuándo la notaron cerca de la escalera y tres hombres muertos detrás de ella.

Habían pasado cuatro años desde que habían comenzado a salir, y dos años desde su matrimonio. Una boda pomposa, extravagante y llamativa organizada por supuesto, por Uzui, porque si hubiera sido por ellos todo hubiera quedado en algo sencillo. Al año habían encontrado a una bebé abandonada en una de sus misiones, y Shinobu se encariñó muchísimo con ella, decidiendo adoptarla. En consecuencia, la convivencia con su pequeña Kanae había despertado en Shinobu un instinto maternal que adoraba, pero que lo hacía sentir aterrado cuándo lo regañaba, cosa que se había extendido hasta las misiones.

Los mercenarios iban cayendo poco a poco hasta que finalmente llegaron con el objetivo, terminando con éxito el trabajo de esa noche. Se acercó hasta su esposa para darle un abrazo, pero Shinobu lo veía con el seño fruncido y los brazos cruzados. Los demás retrocedieron un paso y escuchó algunas risas provenir de ellos al saber lo que vendría. Inspiró profundo preparándose para el regaño.

— Shinobu...

— Creo que ya habíamos hablado de esto. Te expliqué claramente que por supuesto que no me acostaría con ningún hombre que no seas tú, porque me queda más que claro que tú eres mi esposo, llevo al apellido Tomioka y un bendito anillo con un zafiro en mi dedo anular cómo prueba suficiente. Pero habrán otras cosas que si tendré que hacer por el bien de la misión y el Patrón no puede ser siempre permisivo con tus exigencias. Es solo parte del trabajo y lo sabes y ya esta es la quinta vez que te lo digo. ¡Hasta voy a tener un hijo tuyo, es obvio que no te voy a dejar por otro hombre! ¿¡Sabes lo mucho que luche para llegar a dónde estamos !? Ni loca te vas a librar de mí... — Giyuu no escuchó ninguna otra palabra luego de "hijo tuyo", y el jadeo sorprendido que se produjo a sus espaldas le confirmó que no estaba alucinando. Sintió un calor nacer en su pecho y extenderse por su cuerpo, la sonrisa tirando de sus labios. Cuándo Shinobu notó su reacción interrumpió la sarta de regaños para sonreír tímidamente. Giyuu tomó sus manos y comenzó a balbucear nervioso.

— Tú ... estás ... yo. Oh Dios, ¿en serio?

— Felicidades, serás papá por segunda vez. — le dijo con una sonrisa brillante, haciendo que Giyuu riera feliz y la cargara para dar vueltas, demasiado contento con la noticia.

— ¡Esto merece una celebración por todo lo alto! — Uzui exclamó con fuerza, siendo secundado por Rengoku. Giyuu, sin embargo, luego de analizarlo bien se dio cuenta de algo así que depositó a Shinobu en el suelo y la miró con el seño fruncido.

— Estás embarazada y viniste a esta misión. ¿Estás loca mujer? Tienes que cuidarte y cuidar a nuestro hijo, ¿qué pasaría si te sucede algo? Tienes que hacer reposo pero ya, vamonos a casa. Yo hablaré con el Patrón cuándo vaya a recoger a Kanae. — esta vez quien estaba siendo regañada era Shinobu, sin embargo, no le molestaba este lado sobreprotector de él.

Ese día fue momento de fiesta en la Kimetsu no Mafia, para celebrar la futura llegada de un pequeño miembro.

Giyuu y Shinobu tenían el trabajo más inusual del mundo, sin embargo les parecía cómodo. Además, ahora estaban juntos enfrentandose a las adversidades y disfrutando de la felicidad que les traía su pequeña familia.

FIN


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Ah, se la creyeron.

Aunque sí es el final de la historia principal, este fic tiene un pedacito de mi corazón. Por tanto, aunque no les traeré una segunda temporada cómo pidieron algunos sí habrán Extras. Todos ambientados en el AU de este fanfic y a petición de ustedes, no tiene que ser necesariamente GiyuuShino, puede ser algún otro personaje o pareja. Por supuesto que les traeré mis propios extras.


Dejen un comentario aquí acerca de que quieren ver en un extra, personaje, pareja, situación etecera. Disfrutemos un poquito más de esta AU.


La segunda noticia ya la dejaré en mi tablero de anuncios, porque es concerniente a mis próximos proyectos. Los quiero mucho.

Kimetsu no MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora