Capítulo 10: Es Difícil Mantener La Calma

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Shinobu se sentía ansiosa. Esta no era la primera misión que realizaba trabajando para la Kimetsu no Mafia, sin embargo, las anteriores no involucraron la seguridad de alguien más. Así que está un poco, solo un poco nerviosa, y hay otra razón de ello un tanto diferente a su trabajo esa noche.

Tomioka.

En serio que intentaba no mirarlo todo el tiempo, pero parecía que sus ojos tenían vida propia y decidieron que no habría mejor cosa para hacer esa noche que verlo a él. Le encantaba la vista, para que negarlo; el traje le quedaba de maravilla, y se veía muy sexy bebiendo el whisky de su vaso mientras la miraba a ella cómo si fuera la única mujer de la habitación. Ese último pensamiento le erizó el pelo de la nuca y sintió un calor abrasador en sus mejillas.

Trató de concentrarse en el baile, impedir que la tocaran y aparentar que nada pasaría esa noche. Y su mente por un momento divagó en lo que pasaría cuándo tuviesen un momento a solas. ¿Él la besaría de nuevo? Realmente quería que volviera a hacerlo ¿Shinobu se atrevería a decirle lo mucho que lo quiere? No sabe si tenga suficiente valor para eso. Es decir, era pan comido matar a alguien sin dejar rastro, ¿pero confesarse? ¡Imposible! ¡¿Desde cuándo era tan patética?! El amor realmente arruina a las personas.

Ahí estaba de nuevo esa presión desagradable.

Shinobu miró hacia la zona V.I.P del club, solo para encontrarse con el arcoíris más odioso que hubiera visto en su vida; los ojos de Ashiya Douma, quién le miraba cómo si fuera una posesión que debía obtener a toda costa.

Luego miró a Giyuu, que también le miraba tan...diferente.

Si algo había aprendido a lo largo de su vida es que los ojos no mienten. Y sus azules no mentían al decirle que se veía cómo la mujer más preciosa del mundo. El corazón comenzó a latirle con rapidez debido a esa cosa cálida y afectuosa que había en su mirada.

Dios, en serio tenía que concentrarse en la misión.

Su show ya estaba terminando, así que buscó entre las personas a las chicas y estas le miraron también comprendiendo que se acercaba el momento, así que sutilmente comenzaron a ubicarse cerca de las puertas que llevaban a la parte trasera del club dónde estaban las habitaciones. Luego de asegurarse que todas estaban en posición, terminó su baile y le lanzó un beso a Giyuu dando inicio a la operación.

Apenas las bombas de humo fueron lanzadas ella y las chicas corrieron en dirección hacia el ducto de ventilación que llevaba a la salida dónde las estarían esperando. Shinobu envió a las chicas directo a que la esperaran en el lugar y fue con velocidad a su camerino, tomó dos pistolas y las agujas y regresó con la misma rapidez, suspirando aliviada al ver que estaban bien y esperándola.

—Quiero que se queden un momento aquí, debo pasar a comprobar que todo afuera está despejado y que mis compañeros ya están listos para recogerlas. ¿Shizuka?

—¿Sí?

—Vigila que nadie venga. Te daré esto en caso de que la necesites. — explicó tendiéndole su arma. Shizuka observó el objeto y luego a ella, pero con una mirada decidida la tomó. — ¿Sabes cómo usarla?

— Algo así.

— Bien. Vuelvo enseguida. — Shinobu entró al ducto, comprobando de paso que no hubiese nada extraño o peligroso en él y cuándo finalmente llegó a la puerta la abrió con cautela, apuntando con su arma apenas se asomó por esta. Botó aire al ver a Mitsuri y Obanai vigilando alrededor de una camioneta negra y a Uzui al volante de esta. Kanroji sonrió y se le acercó con prontitud.

— ¿Y las chicas?

— Vendrán ahora, salí primero para comprobar que todo estaba en orden. No veo a Tanjiro y Kanao.

Kimetsu no MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora