Capítulo 2 - Molestar es demasiado entretenido

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Su razón para unirse a la mafia era bastante simple, venganza. Jamás perdonaría al monstruo que le arrebató a su hermana, porque sabe que la causa de la muerte de Kanae no fue un simple accidente y más cuando el culpable se esfumó de la escena como si nunca hubiese estado ahí. Además muchas personas tenían razones para matar a tan dulce ser, después de todo ella fue fiscal de renombre que llevó a prisión a múltiples criminales, por eso mismo cree que su hermana en el cielo debe estar decepcionada de saber que ella ahora formaba parte de la mafia, ejerciendo de asesina. Pero sabía que estaba en el lugar correcto.

La Kimetsu no Mafia era una de las más poderosas de Tokyo, equiparándola solamente la mafia Lunas Sangrientas, también residente en la ciudad. Ambas organizaciones yakuza tenían una intensa rivalidad de años, como perros y gatos que intentaban matarse cada vez que se veían, y la persona que estaba buscando se encontraba en las Lunas Sangrientas, el problema es que no sabía quién era, pero con los recursos que tiene la Kimetsu no Mafia podía encontrarlo.

Curiosamente la yakuza donde se encontraba tenía cierto código moral, solamente vendían y traficaban armas, nunca drogas, mantenían la seguridad de la ciudad mucho mejor que la misma policía y usualmente los trabajos de asesinato eran hacia personas corruptas o criminales que aún no habían sido atrapados por la policía. La gran mayoría eran personas amables, a un punto en que no podrías saber que son capaces de matar a alguien por su forma de comportarse. Y luego estaba él, su superior en departamento de sicarios.

Jamás llegaría a pensar que podría encontrar algo tan divertido como molestar a esa persona. Él era un hombre atractivo, de facciones masculinas, con unos fríos ojos azules y un rostro inexpresivo. Su forma de hablar era en cierto modo respetuosa, lo que hacía parecer que él no deseaba interactuar con nadie, razón por la cual ella lo hizo su objetivo de burlas.

Shinobu estaba almorzando en la cafetería de la base principal, dentro de 30 minutos tenía que ir a una reunión de su departamento, pero antes necesitaba comer algo. Divisó a Kanroji que agitaba la mano para que se sentara con ella, también notó la excesiva cantidad de comida sobre la mesa, desde platos típicos como ramen y soba fría, hasta hamburguesas y una malteada de chocolate, también estaba Obanai Iguro sentado a su lado con un plato lleno de mitarashi dango. Apresuró el paso para llegar a ellos cuando algo llamó su atención. Tomioka Giyuu estaba sentado en una mesa solitaria comiendo con calma daikon de salmón, sonrió para sus adentros y le señaló a Kanroji que se iría a sentar con él. Sigilosamente se acercó, y este solo alzó la mirada para verla cuando escuchó el ruido de la silla, para luego dirigir su vista a su plato intentando ignorarla.

-¿Por qué siempre estás solo Tomioka-san?-le preguntó punzándole suavemente el brazo con su dedo. No recibió respuesta así que volvió a hablarle.

-Tomioka-san, responde por favor. ¿Entonces es verdad que todos te odian?- una burlona sonrisa adornó su rostro al ver como él se detuvo de golpe y se giró para mirarla.

-¿Quién dijo eso? A mí nadie me odia.- Shinobu tuvo que hacer un esfuerzo súper humano para contener la risa, se preguntaba como aquella impecable máquina de matar podía ser tan inocente y despistado.

-¿Así que no eres consciente? Pobrecito.- puso su mejor cara de persona compadecida y se sintió satisfecha al ver como una vena saltaba en la frente de Tomioka por la irritación.

-¿Podrías dejarme comer en paz? Eres exasperante.

-Auch, eso dolió. Pero, ¿y si no quiero dejarte solo?

-Agh, ¿Qué rayos quieres de mi?- definitivamente Shinobu podía regodearse de ser la única persona que lograba sacar a Tomioka de sus casillas.

-Quiero tu tiempo.- Shinobu había dicho eso con un rostro muy serio, haciendo que Tomioka se tensara, creyendo que las cosas de pronto se habían vuelto serias.

-¿Para qué?

-Para divertirme a costa tuya.- las reacciones que siguieron a eso fueron variadas, Tomioka se quedó paralizado mientras miraba a Shinobu , para que luego su rostro pasara a ponerse rojo de la ira y sus palillos se rompieran por la presión de su puño cerrado. Shinobu no paraba de reír a carcajadas. Tomioka ni siquiera terminó de comer, se levantó, botó el plato de daikon a la basura y se fue camino al salón de reuniones, Shinobu lo siguió pocos minutos después.

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Pocas veces tenían ese tipo de reuniones, así debía de tratarse de algo grave. Ubuyashiki Kagaya estaba sentado como siempre a la cabecera de la larga mesa de cristal, a su lado estaba Amane, su esposa. La mayoría de los que se encontraban eran todos del departamento de sicarios, el más amplio y funcional de aquella organización puesto también realizaban trabajos como asesinos a sueldo. Cada uno de ellos se acercó a Kagaya, plantaron una rodilla en el suelo y besaron los pálidos nudillos para luego sentarse en sus respectivos lugares.

-Buenas noches chicos, ¿Cómo han estado?- el patrón les preguntó con su voz apacible, era ese tipo de personas a las que no podías evitar seguir.

-Gracias por su preocupación Oyakata-sama. Hasta ahora hemos cumplido todas las misiones a cabalidad.- quien respondió fue el jefe del departamento, Himejima.

-Es bueno saberlo, me alegra cuando cada uno de ustedes llega ileso de las misiones. Pero hoy debemos tratar un asunto que ha sacudido a todo Tokyo. Kyojuro, explícale al resto.

-Bien. En los últimos 6 meses han desparecido con frecuencia jóvenes mujeres de entre 15 y 30 años. La policía sospecha de que sea obra de Las Lunas Sangrientas, y en efecto lo es, sin embargo no cuentan con las pruebas suficientes como para apresarlos. Algunas de estas han sido vistas en prostíbulos y clubes nocturnos, otras ya se encuentran fuera Japón. - el semblante de Ubuyashiki se tornó aún más serio y no solo él, todos había recibido el oscuro informe, y ciertamente no eran buenas noticias.

-Como pueden ver es algo grave, no podemos permitir que la paz de nuestra ciudad sea perturbada de esa manera. - la voz del Patrón seguía siendo apacible pero tenía ese aire sobrio a su alrededor denotando que en efecto, aquello era una orden.

-Himejima, dejó a tu disposición el preparar un equipo para llevar a cabo una operación que pueda desentrañar la cabecilla detrás de esto.

-Comprendo señor.

-Bien, hasta aquí la reunión, por favor infórmenme de cualquier inconveniente o avance.

-Si, señor.- dijeron todos al unísono, se pararon de sus asientos y se dirigieron a sus tareas del día. Shinobu de nuevo se acercó a Tomioka, para sugerirle con una sonrisa cargada de sorna.

-Espero que podamos trabajar juntos de nuevo.- quiso reírse otra vez al ver la expresión hastiada en el rostro del hombre.

-Y yo espero que eso no pase.

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HOLAAAAAA AL FIN EL CAPÍTULO 2, espero que les haya gustado y ténganme paciencia porfis.




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Continuará.

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