Narra Bel
Después de asearme y prepararme ya estaba lista para ir a clases era escuela técnica, como siempre. –¡Bel!- escuche a mi prima llamándome, aunque éramos más como hermana ya que sus padres murieron cuando ella era una bebe y mi mama se hizo cargo, al final mi mama murió por exceso de trabajo cuando tenía 15 quedándonos completamente solas, vivimos en una casa hogar solo para chicas desde entonces, aunque eso es solo hasta que terminemos la escuela, una vez hayamos terminado viviremos separadas en un apartamento asignado, para mí son más bien prisiones, en esos lugares eres vigilado las 24 horas, odiaba la idea de ir a ese sitio pero era eso o nunca volver a ver la luz del sol.
-hola Agnes ¿lista para tu primer día del ciclo superior?- sonreí levemente mirando a la hermosa jovencita, no sé cómo es que éramos familia de sangre, a pesar de que yo tenía 22 y ella apenas 15, ya me había pasado en tamaño, es esbelta, de piel clara, pelo largo y lacio a media espalda, muy divertida y dulce, todas la aman, a diferencia de mí que soy más bajita, rellenita y bastante gruñona, tengo la piel morena, pelo rizo y corto arriba de los hombros, siempre peleo y me quejo por todo aunque al final terminaba en buenos términos con ellas y las demás chicas, era muy gracioso que siendo tan diferente éramos tan unidas y nos queríamos tanto. -si claro, y tú ¿estás lista para tu primer día del último año?- asentí en silencio, la verdad no quería que acabara, estar aquí era lo más cercano a ser "libres", realmente no nos prestan atención, nos mandan todo lo necesario para sobrevivir cada mes y eso era todo, mientras fuéramos a la escuela sin falta, ya que era la única manera de monitorearnos, todo estaba bien -vamos juntas a desayunar antes de que la sirena suene- dije mientras caminamos a la cocina, al entrar encontramos a alguna de las chicas que viven aquí, no las más pequeñas la habían llevado a otra casa separándonos, prácticamente rogué a gritos para que Agnes se quedara conmigo, no sé qué vio esa mujer en mí que lo permitió, desde entonces solo éramos 11 chicas.
En esta semana le tocaba hacer el desayuno a Zaylee y Aria, Zay es mi más antigua amiga, fue la que primero se acercó a nosotras cuando llegamos, sonríe mucho, adora hacernos bromas, cada que puede hace algo divertido y le encanta dibujar, aunque no se lo diga a nadie, yo sé que esconde cuadernos con dibujos debajo de una tabla suelta en la pared, pero es obvio que los esconda, eso está prohibido aquí. -el desayuno está casi listo, vallan a sentarse- dijo Aria al vernos, ella también era una buena amiga, la verdad Zay y yo nos pegamos como mosquitos cuando ella apareció, parece más adulta y madura que nosotras con su semblante sereno y sus lentes redondos, aunque la verdad a veces se comporta como una niña, tenemos la misma edad al igual que Fénix. En la mesa se encontraban el resto de las chicas, Allyssa, Galia, Corvina, Lyra, Nuryhan, Fénix y Aranza, todas nos llevamos bien, cada quien hacia lo que le tocaba de la lista e intentábamos cuidarnos entre nosotras, a pesar de lo unidas que éramos pasábamos poco tiempo juntas, pero en ocasiones sacábamos tiempo para explorar algunos lugares.
Una vez termino el desayuno nos tocó lavar todo a Agnes y a mí, las tareas se hacían entre dos así era más rápido, al terminar fuimos caminando a la escuela, nos tomó unos 10 minutos ya que fue construida cerca de esta área a propósito, en el camino podíamos ver la otra mansión donde se encontraban los chicos, afuera de la escuela aterrizaban los buses donde venían los chicos que, si tenían familia, pero esos vivían en completa vigilancia en esos departamentos.
Ya en la entrada, como siempre la exhaustiva revisión, primero pasar el escáner de cuerpo y el de retina, luego la toma de huellas, todo esto es por el hecho de que somos monitoreados, no tenemos permitido entrar nada ni sacar nada de tecnología o armas, ni siquiera libros, apenas aceptan algunas botanas. Dentro de la escuela nos dan todo lo que necesitamos para estudiar, asistimos por 10 horas, de lunes a sábado, y ni hablar del toque de queda desde las 7pm, en fin, nuestro mundo era esa vieja mansión.
Una vez dentro me despedí de Agnes y fui con Zay a nuestra clase, habíamos decidido escoger robótica médica, si iba a operar robots por toda mi vida al menos quería que salvaran vidas, aunque no todos podían darse el lujo de costear un robot médico, las atenciones médicas eran para los magnates asociados a la familia Belmont, yo espero poder crear algunos con materiales económicos o reciclados, tal vez así puedan llegar a más personas de menos recursos.
Sonó la segunda sirena dando entender que eran las 7 de la mañana, justo a tiempo, al sonar la segunda sirena sueltan drones por toda el área y si no estás dentro de la escuela, bueno nadie lo sabe, pero todos entienden que son encarcelados o más bien cazados. En el aula entro la señorita Pint y la droid 0082-16, estos droid son robots médicos de última generación, pero para usos de estudio está un poco modificada para mostrar cómo crearla y operarlas, a partir de ella aprendemos los mecanismos necesarios para hacer su funcionamiento correcto, su mantenimiento y su ensamblamiento. El día transcurrió normal, nos daban el almuerzo, debíamos estar en fila y en silencio mientras estábamos comiendo, solo teníamos breves momento para hablar "libremente" cuando estábamos en los pasillos, entre clase y clase, el hablar en áreas no asignadas era motivo de castigo y no son muy agradable los castigos impartidos por los robots, todos teníamos miedo, no sé cómo es que podemos vivir tanto en paz como con miedo a los robots y todo por culpa de los Belmonts.
Al sonar la sirena de las 5pm, era hora de regresar a casa, busque con la vista a Agnes, también estudia medicina robótica, adoraba a esa niña ella también creía en intentar ayudar a todos, al menos sé que ella tiene mucha más motivación que yo, la tome de la mano y llegamos otra vez a la revisión, una vez fuera esperamos a las demás chicas, la verdad siempre volvíamos todas juntas a casa, al menos podíamos distraernos y caminar un poco, no podíamos alejarnos mucho por el toque de queda, un poco más allá de pasar nuestro hogar se encontraba la chatarrería, decidimos ir a explorar halla como siempre, era un montón de cosas viejas y oxidadas pero siempre buscábamos cosas que pudiéramos usar, se encontraban robots antiguos de primera generaciones, en el primer año de escuela nos enseñan lo mínimo de historia que nos permiten, la de cómo los Belmonts compraron estas tierras y muchas más mentiras que mi abuela me aclaro, pero también nos enseñaron como eran los primeros robots, cuando la tecnología no era tan moderna, usaban vapor y engranes para que todo se moviera, aunque no lo usen así hoy en día eran buenos recurso para los que no tenían dinero y como dijo una vez la maestra de historia, debíamos aprender a usar lo viejo para saber cómo funciona lo nuevo.
Todas nos adentramos al lugar buscando entre las cosas útiles para usar o arreglar, luego de un rato la verdad no habíamos encontrado mucho -chicas miren- dijo Fénix señalando al este, todas nos acercamos y luego nos agachamos entre un montón de chatarra, eran algunos chicos del orfanato para chicos pero estaban con dos que no parecían del lugar, estaban vestidos con overoles y tenían goggles viejos en la cabeza, además de que estaban algo sucios -creo que esos dos son rebeldes- susurro Lyra haciendo que me tensara -debemos salir de aquí- dijo Aria.
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Ficção Científicaempezó a crearlos más autónomos y humanoides, hasta abarcar todo, las personas empezaron a depender de estos para todo, hasta que fue muy tarde, creo un ejército de droides derrotando fácilmente a los militares. Los Belmont se convirtieron en los go...