Secret || MoonSun

𝐂𝐨𝐧𝐨𝐜𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨

Nuevo día, misma rutina.

Yongsun tal vez había pensado demasiado en una situación que no le incumbia pero ¿Cómo no hacerlo?

Por más que lo pensó no llego a ninguna conclusión que explicará lo que vio.

Por esa ocasión estaba tomando en consideración las palabras que le decían.

Tomo la decisión de no decirle nada de lo que vio a su amiga, aunque claro, decir que Wheein no sabía que estaba pasando con sus compañeras estaba de más, pero Yongsun todavía no vería eso, para ella su amiga solo estaba un poco más informada.

Cómo ya lo había hecho a lo largo de ese tiempo, salió de su casa tomando el autobús bajando a unas dos cuadras atrás para ver a su novio a escondidas para después ir a la escuela.

Aunque el ver a alguien a escondidas y solo un par minutos al día le resultaba cansado. A veces se preguntaba si era normal que cada que se veían, la mayoría del tiempo se la pasaran haciendo reclamos de lo que hacían en su tiempo libre.

Por qué ni siquiera se escribían con frecuencia en las tardes, por parte de Yongsun prefería conversar con Wheein.

Esa mañana no fue muy diferente, y cuando Yongsun llegó al instituto y Eric se tuvo que ir, sintió como si de nuevo pudiera respirar con normalidad.

— Hasta que llegas perdida. ¿Dónde estabas?.— Saludó viendo como Yongsun entraba casi cinco minutos antes de que empezaran las clases.

— No molestes Wheein.

— Uy, ¿El príncipe azul te hizo enojar? ¿Otra vez los reclamos?.

— No importa, déjame en paz.— Contestó de mala gana.

— Bueno, cuando tengas ganas de hablar me buscas.— Wheein se levantó tomando su bolso sentándose junto a Seulgi.

¿Se había pasado? Tal vez si.

Pero solo podía culpar a alguien y ese era su novio, si es que se le podía llamar así, aunque eso no la hacia sentir menos culpable.

Busco la mirada de su amiga siendo negada por la misma cuando decidió ponerle más atención a lo que Seulgi le decía.

Por instinto sus ojos siguieron vagando por el salón hasta que se topo con Yerin, en una esquina y a diferencia de otras veces su alegría se notaba apagada, y en la parte derecha de su pecho en el uniforme se veía una marca color rojo.

— Es cosa de tiempo para que se vaya.— Escuchó susurrar a alguien en una conversación ajena mientas veían a esa esquina específica.

— No creo que se vaya, lo más seguro es que la echen.

— No tienen pruebas de lo que dijo.— Se metió Sojung defendiendo.— Si la echarán sin más sería patético.

— Como sea.— Volvió a hablar la primera.— Escuchaste a la hermana, ella está enferma, lo mejor es que se aleje de todos.

¿Lo que había hecho era tan malo como para excluirla cruelmente?

Las clases pasaron pero el aula se sentía diferente. Yerin era de las alumnas más participativas que tenía la clase, Yongsun notó algo raro cuando por primera vez en tanto tiempo no se escuchó a Yerin hablar en clase, ni siquiera para leer.

Cuando llegó la hora del receso, las alumnas empezaron a salir dejando el lugar vacío, a excepción de Yongsun que seguía guardando sus cosas y alguien más, alguien que seguía sentada.

— Yerin ¿No vas a salir?.— Le preguntó Sojung desde la puerta pero nunca recibió respuesta.—¿Yerin?.

— Ella no tiene permitido salir— Habló la monja desde su mesa. — Se quedará aquí. Son órdenes de la hermana Park para la salud de todos.