Secret || MoonSun

¿𝐃𝐞 𝐕𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝 𝐅𝐮𝐞 𝐁𝐮𝐞𝐧𝐨?

— Yongsun, ha estado en las nubes últimamente.

— ¿Por qué lo dices?

— Solo mírala.— Señaló a la mencionada, que se encontraba viendo a un punto fijo sin moverse.— Está perdida.

— No creo que sea para tanto.

Siguieron viéndola, tratando de descifrar que estaba pasando en la cabeza de Yongsun, y tratando de entender esos suspiros tan aleatorios que salían de sus labios.

— A mí no me convence.— Dijo Jisoo.

— La verdad, a mi tampoco.— Se sincero Sojung.— Pero tampoco sé que está pensando.

— ¿Tendrá hambre?

Sojung vio a Jisoo con la esperanza de que lo que había dicho fuera algún tipo de broma. No era eso, ni otra cosa meramente parecida.

Ella lo sabía.

— ¿Y si le preguntamos?— Le sugirió, ignorando y tratando de olvidar la preguntar anterior.

— Se ve demasiada concentrada.

Mientras el par de amigas trataban de llegar a un acuerdo sobre que hacer, Yongsun, no les había prestado la mínima atención.

Ni a ellas.

Ni a nadie.

A lo único que le prestaba atención su cabeza era a esa escena.

Escena que se repetía una y otra vez.

Ella, el abrazo, la calidez que sintieron sus labios al momento que tocaron la mejilla y esa sonrisa del final.

Le gustaba mucho esa sonrisa.

— ¡Yongsun!— El grito de Sojung hizo que volviera a la realidad.

En frente de ella estaban sus dos amigas, mirándola cómo si un espectáculo de circo se tratara.

— ¿Por qué gritan?

— ¿Por qué? — Se burló Jisoo.— ¿Estás bien? Estabas con la vista perdida.

— Estaba pensando cosas.— Se excusó.

¿Qué otra excusa pondría?

No tenía idea alguna sobre lo que exactamente estaba pasando con ella, ni porque había hecho lo que su cabeza ahora no dejaba de repetir.

¿Era su conciencia? Tal vez.

Pero ¿había hecho algo malo?

Un abrazo y un beso no eran algo malo, era la representación física del cariño, amor y aprecio que le tienes a alguien.

Pero ¿por qué lo sentía de esa manera?

— ¿Cosas?— Dijo no muy convencida Sojung — Hoy también llegaste tarde. ¿Segura que todo está bien?

¿Qué querían de ella? No podía decirles algo que ni siquiera sabía cómo explicar.

Y la batalla entre su mente y ella la estaba agotando de sobremanera.

¿Por qué no sabía identificar lo que sentía?

Odiaba esa sensación.

— ¡Todo está bien!

Inevitablemente había explotado, y de nuevo un impulso se hizo presente por segunda vez en el día, manteniéndola centrada en solo sus pensamientos y sentimientos

Y de pronto sentía que todo el mundo podría juzgar la por algo que ni ella comprendía.

Aunque claro, la reacción plasmada en la cara del par la hizo caer en cuenta que había sido una respuesta equivalente a su preocupación.