Chico Perfecto.

Epílogo.

Eliot me despierta besando mi espalda con ternura, me giro para verlo de frente y notar que en sus ojos muestra arrepentimiento.

- ¿Todavía estas enojada?

- ¿Tu qué crees?

- Ya te pedí disculpas.

- Arruinaste nuestro aniversario.- Respondo enojada.

- Te dije que no te acercaras a ese tipo.- Dice sentándose en la cama y dándome la espalda.

- ¡Es un amigo de la universidad! Y solo lo salude.

- Lo besaste frente a mi.- Ruedo los ojos.

- Bese su mejilla, no exageres.

- No tenias que hacerlo, sabias que me enojaría.

- Y tu no debiste tomarlo de la camisa y golpearlo contra la mesa en el restaurante, quede como una idiota, no sé cómo le pediré perdón.

- El se lo merecía, estaba viendo tus pechos mientras hablaban y tú no le decías nada.

- El no me estaba viendo.

- Nunca te das cuenta de nada.

- ¡Eres un imbécil! - Grito desesperada, salgo de la cama y camino al baño para ducharme.

- No me gusta que otros hombres vean a mi mujer.- Dice detrás de mí.

- Eliot no se que mas quieres de mi, estamos casados y creí que el problema de la confianza se había arreglado.

- Confió en ti, pero sé que hay muchos hombres que quieren tenerte.- Suspiro tratando de tranquilizarme.

- Siempre dices lo mismo, sabes que te amo solo a ti, soy tuya desde que me volteaste a ver hace cuatro años.

- Ya sé, pero aun me dan celos los hombres que se te acercan.

- Si vuelves a golpear a otro de mis amigos no dejare que me toques en semanas ¿oíste? - Asiente.- Y si vuelves a arruinar otro aniversario te mato.

- Si, lo siento señora Fisher, intentare no volverlo hacer.

- De acuerdo señor Fisher.- Me volteo comenzando a desvestirme, Eliot me sorprende pegando su cuerpo al mío por detrás tomándome de la cadera.

- ¿Que intentas hacer? - Pregunto jadeando al sentir su erección.

- Quiero hacerte mía bebé.- Susurra en mi oído y comienza a besar mi cuello.

- Llegaras tarde al trabajo.- Digo con la respiración entre cortada al sentir su desnudez.

- Cuando eres el dueño de la compañía eso no importa.- Responde empujándome dentro de la ducha, abre el agua tibia y me besa contra la pared.

Me alejo de él mirándolo sonriente, beso su cuello y poco a poco voy bajando por su pecho hasta llegar a su entrepierna, gime excitado cuando lamo su erección e introduzco una parte en mi boca, marca el ritmo tirando de mi cabello hasta que ya no puede aguantar más, me pone de pie tomándome por los hombros y me penetra enrollando mis piernas en su cintura, cierra la llave y me lleva de nuevo a nuestra cama donde me da las ultimas estocadas hasta venirse en mi interior.

- ¿Por qué me trajiste a la cama? - Pregunto cuándo controlo mi respiración.

- Porque quería hacer feliz a mi esposa.- Me guiña el ojo antes de comenzar a besar mis senos.

(...)

Ya paso un mes desde la última discusión y ahora nos encontramos cenando en casa con mi hermano y su esposa Clara, llevan poco más de un año de matrimonio y ya están esperando un bebe.