4. Oficialmente tuya.

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Eliot esta entretenido en mis pechos, no dejo de gemir, el chico sabe lo que hace, esta tan concentrado en su trabajo que afloja su agarre en mis muñecas, aprovecho para soltarme y empujarlo.

- Me das asco.- Le arrebato la camisa de las manos y me la pongo.

- ¿Por qué? Pensé que te gustaba.

- Imbécil.- Tomo una almohada y una cobija de la cama y me voy a la sala.

- ¿Qué haces? ¿a dónde vas, bebé?

- A dormir lejos de ti.

- Vamos, se que te gustó, no lo niegues.

- No niego que me haya gustado.

- Entonces, ¿por qué te enojas?

- Porque lo hiciste a la fuerza, siempre es a la fuerza.- Me mira serio.

- Si no es a la fuerza no es divertido.

- Ay Eliot.- Lo ignoro, me acuesto en el sofá y me tapo hasta la cabeza con la manta.

- Oye, mi cama es más cómoda... Bien, yo te llevo.- Dicho eso me carga, otra vez y me lleva a su habitación, cierra la puerta, me pone en la cama y se acuesta a mi lado, me giro para darle la espalda.

- ¿Te puedo besar? - Volteo a verlo confundida.

- ¿Qué?

- ¿Qué si te puedo besar?

- ¿Por qué quieres besarme?

- Porque si.

- Entonces no.

- Bien.

Estamos tan cerca, su respiración es tranquila, me mira fijamente, no soporto sus penetrantes ojos negros en mí, me pone nerviosa.

- Deja de mirarme.

- ¿Tampoco puedo mirarte "a la fuerza"?

- Eres un idiota.

- Pero eres hermosa.- Sonrío y él igual, quiero que me bese para solucionar la pelea, como siempre lo hace, pero él ni siquiera me toca, se moja los labios con la lengua, (Dios, muero por que esos labios esten sobre los míos).

- ¿De verdad no te gusta que te haga todo a la fuerza? Siempre pareces disfrutarlo.

Al preguntarme eso se me ocurre una idea, lo empujo para que quede boca arriba sobre la cama, paso una pierna del otro lado de su cuerpo, me siento en su cintura, pongo sus manos arriba de su nuca y las sostengo con una sola, él no pone objeción, solo me mira confundido, acerco mi rostro al suyo, succiono lentamente su labio inferior y lo beso como él lo hace siempre; posesivamente, mientras acaricio su bien formado cuerpo con mi otra mano por unos segundos y cuando comienza a devolverme el beso, me separo de él.

- Y bien, ¿qué te pareció?, ¿te gustaría que yo siempre hiciera eso?

- Me pareció muy excitante y si, por supuesto que me gustaría que lo hicieras siempre.- Sonrojada, me quedo callada, no sé que responder, noto que sigo arriba de él con las manos en su pecho, trato de bajarme y pone sus manos sobre mis piernas desnudas impidiéndomelo.

- Admite que te gusta que te toque y que quieres que te haga muchas cosas más, se sincera.- Se sienta conmigo sobre él, pone una mano en la cintura y la otra la deja sobre mi pierna mientras la acaricia.

- Yo... No es que no me guste, es que emmm yo.- Digo nerviosa.

- Si me dices que no quieres que te toque, te prometo que no lo hare, aunque seas mía, solo se sincera.

Chico Perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora