𝙁𝙪𝙨𝙝𝙞𝙜𝙪𝙧𝙤'𝙨 𝙃𝙖𝙡𝙛 𝘽𝙧𝙤𝙩𝙝𝙚𝙧.
¿𝙈egumi tiene un medio hermano?
𝙇a sangre de dos de las familias más importantes y poderosas del mundo de la hechicería corren por sus venas. 𝙐n prodigio en toda la extensión de la palabra.
¿𝘾uál e...
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─Lo lamento, el único que realizará está misión es Yusuke─ Gojo sonreía mirando a sus alumnos.
─ ¡¿Qué?! ¡¿Entonces por qué nos trajo?!─ la primera en quejarse fue Nobara, le habían traído a perder su tiempo.
─Hey, no es tan malo, podremos ver las habilidades del nuevo─ Itadori trato de calmarla antes de que se lanzará a golpear a su profesor.
Yusuke, que hasta ahora se había quedado callado viendo a sus compañeros, dió unos pasos para quedar a la altura de Gojo, los chicos hasta ese punto notaron que en la espalda del Uchiha traía una katana y el uniforme tenía un bordado "extraño", un abanico blanco y rojo dividido por el centro.
─Yosuke, tu misión implica eliminar a las tres maldiciones que hay en ese edificio, ¿Entendido?─ el chico asintió, pan comido.
─¿Tres maldiciones? Gojo-sensei, ¿No cree que eso es mucho para un novato?─ preguntó Fushiguro, aunque eran de categoría 4, eliminar tres maldiciones podría ser dificultoso para una sola persona.
─Entendido Gojo-san─ Su mirada fría estaba puesta al frente, observando el edificio.
─Muy bien, andando─ Ambos ignoraron al Fushiguro, provocando que este frunciera el seño, estaba apunto de replicar cuando observo a Yusuke caminar hasta quedar a unos metros del edificio.
─Que arrogante...─ susurró Nobara a Yuuji al ver la seguridad con la que el chico se alejaba, este último solo asintió a lo dicho por su compañera.
─Fushiguro~ deja que él se encargue─ el albino coloco su mano en el hombro del mencionado al notar como este daba unos pasos para intentar alcanzar al otro azabache.
Fushiguro chasqueo la lengua haciendo caso a su profesor, esperaba no arrepentirse de no detenerlo.
Mientras tanto, Yusuke se había quedado parado a unos metros de la entrada dejando confundidos a sus compañeros. Cerró los ojos concentrándose en su entorno, respiró profundo y calmado, buscaba a ciegas solo con su instinto.
¿Debería usar su Sharingan? No, era muy fácil para necesitarlo. Desenvainó su katana, tomando impulso para saltar hacia la terraza del segundo piso, entrando al edificio por una de las ventanas, a paso calmado anduvo por la habitación y seguidamente por el pasillo, tenía su objetivo fijo.
Gracias a que se había concentrado en visualizar todo el complejo de departamentos y posteriormente localizar las presencias extrahumanas, tenía una idea completa de dónde se escondían cada una de las maldiciones.
