Muriel Collins.

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Muriel creció en Moskowite Corner, un pequeño pueblo del Condado de Napa, California.
Una joven muy simpática y siempre aguerrida, como la educaron sus padres.

Ellos se ganaban la vida como empleados de un viñedo en Napa.
Mientras Muriel iba a la escuela del condado.
Después de clases, Muriel preparaba la cena para el momento en que sus padres llegaran de la extensa jornada laboral.

Querían enviarla a la universidad, eso significaría un gasto, que aunque previeron durante mucho tiempo, aún no les alcanzaba.

Sus padres decidieron construir su propio viñedo. Sabían del potencial del negocio, aunque era arriesgado invertir en él, lo hicieron pensando en tener un ingreso extra para la educación de Muriel.

El cultivo de vides les fue sencillo, pero encontraron dificultades en mantener su empleo y cuidar su propio viñedo al mismo tiempo.

Querían fabricar su propio vino, el proceso era muy largo, pero sabían que al lograrlo, el pueblo acabaría comprando todas las botellas, ya que siempre ha sido una comunidad muy unida.

Les tomó tres años hasta que pudieron elaborar su primer vino de mesa.
Tan sólo un  año antes de que Muriel pudiese ingresar a la universidad.

El gran problema fue, cuando vendieron apenas tres botellas, terminando así, con toda esperanza de estudiar una carrera profesional.

Parecía que el tiempo y el dinero iban a ser los enemigos de la familia Collins, por lo que Muriel tomó la gran decisión de mudarse a San Francisco, al ver los incansables esfuerzos de sus padres para conseguir dinero. Decidió ir para buscar un empleo y así pagar sus estudios.

Tal vez debía hacer eso desde el principio, pero sus padres no lo hubiesen permitido siendo tan sobre protectores, a duras penas aceptaron la decisión de Muriel, pero al no haber más alternativa, cedieron.

Luego de organizar sus cosas y despedirse de sus padres, partió hacia la ciudad del Golden Gate.

Abril 2014.

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