Como te soñé

Compañeros.

— Muriel se dirige al apartamento de Simon.
Y no puede esperar a contarle sobre su día.

¡Mi día estuvo increíble, Simon! Conocí a la dueña de la cafetería y es una mujer fascinante, me contó muchas cosas sobre ella, además, ya sé preparar un espresso, ¿lo puedes creer?

Wow, qué bien.— Simon respondió sin expresión.

¿Pasa algo?.— Preguntó Muriel.

Es sobre tu estadía en éste apartamento...

Si, ya veo Simon, lo siento sólo quería contarte esto, en un momento saco mis cosas y me marcho .

Si, fue agradable tenerte aquí...

Gracias por recibirm...

Así que quiero que te quedes y que compartamos el apartamento ¿qué piensas?— Dijo tras interrumpirla.

Estás bromeando, ¿cierto?

Para nada Muriel, creo que es mejor si te quedas, verás, el alquiler en San Francisco no es barato, aquí sólo podrías darme algo de vez en cuando hasta que puedas asentarte bien.

¡Por supuesto, te lo agradezco Simon! no sabes el gran favor que estás haciendo por mi.

No es nada Muri. Pero ahora tenemos qué hacer cosas que hacen los compañeros de cuarto...

¡Claro! ¿Ver películas, ponernos mascarillas?

Emm, asear la casa.

— Ja, ja, por supuesto Simon.

— Y así, Muriel, se quedó en el apartamento de Simon como su compañera de cuarto.
Esto indicaba que su amistad se iría consolidando cada vez más.