Mientras Muriel tomaba una decisión...
Logró escuchar dos golpes en una de las puertas de vidrio, en la entrada al lobby.Emmmm, ¿Hola? ¿Por qué te quedas tanto tiempo ahí parada? Me das miedo.— Dijo Simon, un inquilino permanente del lugar.
(Que parecía haber llegado de alguna tienda de conveniencia por las bolsas que cargaba).— Y era cierto, la cara de Muriel era como si hubiese visto al Sr. Smith bailar en calzones por la calle.
Un momento, eso pasó en realidad...Lo siento, tenía muchas cosas en mi cabeza.— Dijo Muriel.
Mi nombre es Simon, ¿cuál es el tuyo?[...]
Soy Muriel. Una pregunta, ¿sabes si tienen apartamentos disponibles, y por casualidad cuál es su precio?
Si, también es un gusto conocerte.— Dijo Simon sarcásticamente.
Lo siento, es que de verdad necesito un lugar para dormir.— Respondió Muriel, angustiada.
Ya te disculpaste dos veces Muriel, no seas tan tímida, sólo bromeo. Además, el horario de atención lo cerraron hace tres horas, pero puedes dormir hoy conmigo y mañana sigues buscando hospedaje con más calma, ¿te parece?
No lo sé, yo...
Lo sé, lo sé, pero t-e pro-meto que a mi apartamento sólo podría entrar Michael de recepción, no lo has visto pero ya lo harás por la mañana ¡Es guapísimo!
Te lo advierto, es mío he.— Bromeando enfatizó Simon.
Y bueno, tú sólo serás mi invitada, te juro que no hay problema alguno, a menos que quieras buscar otro lugar a estas horas de la noche.— Añadió.Oh, si, comprendo, y te lo agradezco mucho Simon. Supongo que acepto tu invitación.— Dudosa respondió Muriel.
— Simon asentó con la cabeza y la invitó a ir con él.
Muriel subió al apartamento de Simon, que se encontraba en el vigésimo piso, de 35 que tenía el edificio, tenía una vista increíble, incluso se podía ver el Golden Gate a lo lejos.
Hay dos habitaciones, como verás aquella es mía, así que puedes dormir acá, si necesitas algo no dudes en decirme.
Yo despertaré tarde, así que si necesitas salir temprano, hazlo sin hacer mucho ruido.
Por lo demás, siéntete libre de hacer lo que quieras, hacer tu desayuno, tomar una ducha, ir de compras con tu nuevo amigo Simon... Bueno, aún necesitamos conocernos mejor, pero sé que seremos buenos amigos.De nuevo gracias por ser tan amable Simon.— Dijo Muriel.
Por la mañana, Muriel se despertó con un gran ánimo, no podía creer que las cosas estuviesen yendo tan bien, así que se preparó para ir a la cafetería y preguntar sobre el empleo.
— Muriel baja por el ascensor, y observa a Michael de la recepción. Un chico de pelo largo, con una vibra muy sombría, parecía casi como un vampiro.
(Qué gustos tan raros tiene Simon).— Pensó Muriel.— Salió del edificio y caminó hacia la cafetería.
— Entra Muriel al café y se dirige a una joven mesera, parecía tener unos 20 años de edad y ésta le pregunta apenas la ve.— ¿Vienes por el empleo?
Si, ¿con quién tengo que dirigirme?.— Le respondió Muriel.
Pues la dueña no tarda en llegar, pero yo soy la gerente, Kylie, bueno no aún, pero lo voy a ser pronto.— Dijo la joven mesera con gran convicción.
Muriel.— Claro, entonces la espero Kylie.
No, no, ya puedes empezar, toma un trapo de aquel estante y comienza por asear las mesas.— Kylie insistió.
Muriel, se percató del complejo de superioridad que Kylie se atribuía, no estaba al tanto de la situación sobre la dueña ni la jerarquía de empleados pero, sabía que Kylie no estaba ni cerca de ser "gerente" de esa cafetería.
(Vine por el empleo, no es como que no quiera trabajar, pero creo que ella no es la indicada para decirme qué debo hacer).— Pensó Muriel.
— Segundos después, entró la dueña a la cafetería.
Una mujer de unos 30 años, deslumbrante y bonita, la seguridad en sus pasos y en su sonrisa era intimidante, el sonido de sus tacones contra el suelo causaba que a cualquiera se le enchinara la piel.
— Muriel la vió y enseguida se presentó con ella.Hola, soy Muriel, estoy aquí por el empleo en esta cafetería.
Ya veo Muriel, es un bonito nombre por cierto.
Mi nombre es Nicoletta Fiore, y no, no soy de Italia el apellido viene de Idaho extrañamente.
Después podemos platicar sobre eso.
Tú sólo dime Nicole.— Muriel dijo en su mente.— ¿Nicoletta Fiore?
¡Suena a que es una diseñadora de modas! ¡Ésta mujer es tan amable y tan increíble, quisiera ser como ella!— Nicole continuó charlando con Muriel, mientras le enseñaba lo que debía aprender como mesera y también como barista.
— Muriel la escuchaba tan atentamente que su jornada terminó en un abrir y cerrar de ojos.
— Adquirió los conocimientos como mesera y algunos otros como barista. Aunque también aprendió de los consejos que Nicole le decía.
— Al concluir la jornada, Muriel se despidió y salió de la cafetería.
Dió unos cuántos pasos y se detuvo de pronto, miró a su alrededor, los edificios, las personas, los autos y denotó una sonrisa nerviosa.
Parece que lo había conseguido.
Todo indicaba que las cosas irían más que bien.
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Como te soñé
Teen FictionJames, es un joven amante de la pintura y un entusiasta de sus "obras de arte". Es millonario gracias a la fortuna de sus padres como los mejores agentes inmobiliarios de California. Como hijo único, será su deber empezar a hacerse cargo de la empr...