El primer año de universidad no era fácil para todos, y menos para él, a su corta edad de 20 años, había recibido su título y podría ejercer como profesor en la misma universidad donde él estudiaba, sentía muchos nervios, tendría alumnos de su misma edad, hasta alumnos más grandes que él, trataba de mantenerse calmado y pasar desapercibido por los pasillos, hasta que él apareció.
—Vaya, ¿quién es este chico tan lindo? Nunca te había visto por aquí, ¿eres nuevo?— dijo un chico alto y moreno de ojos verdes acercándose a él, acorralandolo en la pared, sin escapatoria.
Pasaron un par de segundos en los que Luca estaba inmóvil, pensaba que si no movía ni un músculo, nada pasaría y, en efecto, tuvo razón.
—En fin, si buscas algo de diversión, llámame, soy Alberto Scorfano, pero claro, tú puedes llamarme "amor"— dijo el chico mientras le guiñaba un ojo — Deberías de cambiarte, pareces un lindo profesor, si caminas así por los pasillos, es posible que te molesten, chico lindo — estás fueron las últimas palabras que le dirigió a Luca antes de que se perdiera entre la multitud de alumnos que iba cruzando.
Su corazón iba al mil por hora, latía muy rápido y le ardía la cara, ¿acaso ese alumno le había coqueteado? Se sentía muy avergonzado, quería huir y no volver a pisar esa escuela jamás, pero tenía que ser valiente, "Silencio Bruno" se repetía en la mente, no podía huir así de fácil.
Suspiró y se encaminó a su clase, no tenía que estar nervioso, solo tenía que estar tranquilo y sereno, pero... ¿de verdad su ropa era tan mala? Solamente quería vestirse formal para la ocasión, ¿parecía anciano?, tal vez debería pedir consejos de moda de ese chico.
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¡¿PERO QUÉ LE ESTABA PASANDO?! Debía olvidar a ese chico, ni siquiera sabía su número telefónico, aunque si lo pensaba bien, podía ver en los expedientes para averiguar... ¡NO! diablos, no iba a pensar en eso. Se sacudió la cabeza, dando un último suspiro y entró al salón de clase.
Muchos alumnos no habían llegado aún, así que simplemente se sentó en su escritorio y comenzó a sacar todo su material del día, acomodando cada cosa en su lugar, para tener un orden fijo.
—¡Hey!, ¿qué rayos haces "picoleto"?, ¿acaso no sabes que ese escritorio es del profesor?
"Oh, rayos. Otra vez no, por favor."
Hacía él se acercaban 3 jóvenes, el más alto, el que le había hablado, no tenía una buena pinta de querer hacer amigos.
—¿De dónde sacaste tu ropa?, ¿de una tienda de ancianos?— el chico rió y los tres chicos de atrás también lo hicieron.
—De hecho, joven...
—Ercole, mi nombre es Ercole, deberías saberlo, picoleto, es el nombre que escucharás por los pasillos todos los días apartir de hoy, soy el más popular de esta escuela, todos me aman.
— Bueno, Ercole, por favor, me harías el favor de tomar asiento, la clase casi comien...
—¿Qué?, ¿acaso lo que veo es que me estás ordenando algo? — Ercole acorraló en el escritorio a Luca, ¿acaso todos sus días serían así?— Espera, yo te he visto de algún lado...
"Ercole, maldito"
Se escuchó ese grito por todo el salón, esa voz se le hacía conocida, era aquel chico de los pasillos, Alberto. Se acercaba furioso hacia ellos, cerró los ojos y solamente escuchó un golpe y sintió como lo tomaban de la cintura.
— Déjalo en paz, maldito, loco, egocéntrico, ¿no tienes a nadie a quién más molestar?, lárgate de aquí y deja a este chico en paz.
Ercole no tuvo otra alternativa, sólo los miro con desprecio y se fue de ahí.
—Hey, chico lindo, ¿estás bien?, ¿el tonto de Ercole te hizo algo?, dime, y él no vera la luz del día durante mucho tiempo.— dijo Alberto, con voz de preocupación. — No voy a qué le falten el respeto a mi chico nunca, y apartir de hoy, tú eres mío, ¿entiendes?
Esa confesión hizo que Luca se sonrojara de tal forma que parecía un tomate. Pero no pudo decir nada, la campana al fin había sonado, y todos los estudiantes estaban corriendo a tomar sus asientos.
—Ven, chico lindo, te apartaré un lugar a lado mío. — dijo Alberto al voltearse y encaminarse a su asiento.
Después de esa escena Luca sólo pudo tranquilizarse y suspirar por última vez tomó gis de su estuche y comenzó a escribir en el pizarrón. "Mr. Paguro"
—Hola, chicos, perdón por la escena, seré su nuevo profesor este año, mi nombre es Luca Paguro, y les impartire la materia de Biología 2, especies del mar.
Alberto, desde su lugar sólo pudo sonrojarse y hacerse pequeño en su asiento. "Oh, santo cielo, ¿por qué rayos había hecho eso? ahora su profesor pensará mal de él"
Y Ercole, sólo pensaba en que ahora sabía la razón de porqué tomó ese asiento y el porqué de sus ropas extrañas.
Este sería un largo año escolar para ambos chicos.
