Después de año nuevo, dónde Alberto y Luca la pasaron juntos en la casa del señor Marcovaldo, las clases comenzarían de nuevo, y Giulia regresaría a su hogar junto a su madre. Alberto se sentía feliz, no porque odiara a la chica, sino, porque tendría más tiempo a sola con su novio.
Le gustaba esa palabra, pero lo que más le gustaba era poder decir con libertad (casi) que Luca era su novio.
.
.
.—¡Muy bien, chicos! espero que se la hayan pasado bien estas vacaciones, y bienvenidos de nuevo.— dijo aquel profesor cuyos rumores de que salía con sus alumnos se habían esfumado, todos conocían al profesor Paguro y estaban seguros que no era capaz de poder hacer eso.— El día de hoy comenzaremos con algo sencillo, por favor, pongan atención a las diapositivas que les presentaré a continuación y tomen nota porque esto vendrá en el siguiente examen.
Todos los alumnos sacaron sus libretas para poder tomar nota de la clase, excepto uno. Alberto ni siquiera sabía que tema estaba exponiendo Luca, sólo se dedicaba a admirar su belleza y dibujar en su libreta cada parte del cuerpo de Luca, haciendo su mayor esfuerzo en capturar lo lindo que era.
Pasó la hora de la clase y sonó el timbre.
—Muy bien chicos, es todo por hoy, no se olviden de estudiar muchísimo, nos vemos mañana.— poco a poco los alumnos iban saliendo de clase, pero Alberto seguía en su mundo dibujando a su profesor en la libreta.
Cierto chico pelinegro, pasó a lado de nuestro protagonista, y sin querer vió lo que había en su libreta. Sonrió con malicia y salió de ahí, dejando al profesor y al alumnos solos.
—Hey, Alberto, la clase terminó, tienes que irte.— la voz de Luca lo sacó de sus pensamientos y reaccionó rápido guardando sus cosas.
—Perdón, estaba dibujando, nos vemos más tarde en el lugar de siempre para poder llevarte a tu departamento.— con sigilo y mirando hacia todos lados, le dió un rápido beso en los labios y se fue se ahí lo más rápido que pudo, dejando al menor sonrojado y sorprendido por la acción.
.
.
.Ya era hora de la salida, y Alberto fue al baño, se encontraba lavandose las manos cuando Ercole Visconti entró y cerró con seguro la puerta del baño.
—Vaya, vaya, ¿a quién tenemos aquí?— decía mientras se acercaba lentamente a Alberto.— El chico que se acuesta con el profesor Paguro. Sería una lastima que alguien encontrara tus dibujos y despidieran a tu querido noviecito, ¿cierto?
Alberto tragó en seco. ¿Cómo demonios se había enterado de eso?— No sé de qué hablas, Ercole. Así que déjame en paz.
—Oh, claro que sabes de lo que hablo. Dime, si reviso cualquiera de tus libretas en estos momentos, ¿no encontraré con dibujos del profesor Paguro en ella?
Se sentía como un estúpido, tal vez si no estuviera metido en sus pensamientos hace un rato, nada de esto estuviera pasando.
—Vamos, Ercole, no quiero que Luca se meta en problemas, por favor, ¿podrías guardar el secreto?
—¿Qué veo? El huérfano pidiéndome un favor. Pues no será fácil, estúpido. Mi silencio tiene un precio, y no será nada barato para ti.
Alberto suspiró, sabía que le costaría caro su pequeño error. —Bien, ¿de cuánto dinero estamos hablando?
—100 dólares a la semana, y no diré absolutamente nada de tu amorío con él.
—Bien.— sacó dinero de su cartera y se lo entregó.— Ahora déjalo en paz.
Y sin más, Alberto salió del baño, esperando que aquel chico cumpliera su promesa.
Holaaa, perdón por irme:(
BESTIES, QUEDÉ EN LA UNIVERSIDAD QUE QUERÍA, ESTOY MUY FELIZ 😭
Lxs quiero muchísimo, gracias por esperarme.
Actualizaré pronto, lxs quiero ❤️