Fiebre II

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Después de un par de días en los que Alberto se dirigía al departamento del menor después de clases para verificar que todo estuviera bien y no volviera a recaer en la fiebre, Luca regresó a la universidad como nuevo, pero, como era de esperarse, a nuestro chico de ojos verdes también le dió fiebre.

Alberto iba todos los días a la escuela, y en los descansos dormía un poco, pues no podía levantar sospecha alguna de que "mágicamente" se enfermó después de que el profesor Luca estaba bien, vamos, podía soportarlo, ¿qué tan difícil puede ser?

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Luca miró preocupado a Alberto, llevaba varios días extraño, después de que se recuperó, no ha vuelto a pisar su departamento, dios, ni siquiera llevaba la Vespa a la escuela, ¿pero qué era lo que había pasado?, ¿acaso había hecho algo malo? Suspiró con pesadez y siguió con su clase.

Después de unos minutos, la campana de la salida sonó y todos sus alumnos comenzaron a levantarse e irse, excepto uno. Cuando todo su salón estaba completamente vacío, se acercó sigilosamente hacia Alberto, quién llevaba dormido toda su clase, y lo tocó del hombro para sacudirlo.

Nada.

Lo tomó del cabello para sacudirlo más.

Nada

Suspiró y finalmente lo tomó de su cara.

Dios, su cara estaba ardiendo... literalmente.

Ahí es cuando Luca se dió cuenta al fin, que Alberto no estaba dormido, estaba desmayado en su asiento, no sabía que hacer, pues si lo llevaba a rastras a la enfermería muchos alumnos pensarían mal de eso. En un ataque de desesperación tomó el celular del menor, un leve sonrojo adornó las mejillas del profesor, pues su fondo de pantalla era una foto de él dormido; pero no era tiempo para juegos.

Tomó la mano del mejor y desbloqueó el teléfono celular, no sabía a quién llamar, pero por suerte, en sus contactos de emergencia estaba un "Massimo Marcovaldo", llamó inmediatamente.

-¿Hola? Soy Luca Paguro, profesor de Alberto, creo que... se desmayo en mi clase, tiene una alta fiebre, ¿puede venir por él?

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Massimo llegó a la escuela demasiado rápido, pues su hijo no era de enfermarse seguido, se abrió paso entre todo el alumnado y llegó al salón de Luca. Y en efecto, ahí estaban los dos, un Luca preocupado, casi llorando y un Alberto desmayado, con la cara roja y suspirando.

El mayor de todos cargó a Alberto de un solo golpe, y parecía que este no le incomodaba para nada, se giró hacia Luca y lo miró atento.

-Si quieres acompañarme a casa para cuidar a Alberto, te veo a fuera en 5 minutos.- y sin más, Massimo salió de ahí con Alberto en su hombro.

Luca reaccionó rápidamente, guardando sus cosas y cerrando su salón con llave para apresurarse y encontrarse con el señor Marcovaldo en el estacionamiento.

Subió al auto, y el mayor arrancó. Pasaron minutos que se sentían como horas, por el ambiente incómodo que se creaba en ese pequeño espacio, ¿qué es lo que debía decirle? aún no estaba seguro si realmente Alberto y él eran algo formal, jamás se habían besado y sólo habían salido un par de veces.

-Así que, tú eres Luca. - la voz del señor Marcovaldo interrumpió los pensamientos de Luca y lo miró.- Alberto me ha hablado mucho de ti, pero no pensé que fueras su profesor.

Luca se sonrojó al oír eso, no sabía que Alberto había hablado con sobre él con el mayor.- B-bueno, sí, soy su profesor, aunque él es un poco mayor que yo. Si no es molestia, ¿qué es él para usted?

-Soy su padre, bueno, su padrastro, cuando él era pequeño su padre lo abandonó, y he estado cuidando de él desde hace unos años.

El menor se sorprendió al escuchar eso, aunque era de esperarse, realmente Luca no sabía nada sobre Alberto, sintió un hueco en el estómago y suspiró con pesadez, debía hablar con él después.

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Todo a su al rededor se sentía horrible, no podía hacer nada, no podía moverse, se sentía pesado, no sabía qué estaba pasando.

"¡Alberto!"

Escuchó la voz que tanto le gustaba, giró su cabeza y lo vió, era él, tan lindo Luca. Trató de moverse, pero le era imposible, ni siquiera podía hablar, su cuerpo se sentía tan pesado que era doloroso el simple hecho de respirar.

"L-luca, por favor, no te vayas, quédate conmigo..."

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Después de unas cuantas horas, Alberto por fin tomó fuerzas, y se levantó de su cama, ¿dónde demonios estaba? Miró a su alrededor, al parecer era su habitación, ¿cómo es que había llegado ahí?

-Oh, veo que despertaste al fin, tu amigo Luca me llamó y te traje a casa- dijo Massimo mientras se acercaba a él. - Es un buen chico Alberto, deberías decirle lo que sientes, aunque creo que el ya lo sabe, murmuraste su nombre mientras estabas dormido.- dijo el mayor en forma de burla mientras se iba para traerle un poco de comer.

Alberto poco a poco comenzó a procesar todo.

Ok, Luca había estado en su habitación.

Ok, Luca le ayudo a llegar a casa.

Ok, Luca lo había escuchado murmurar su nombre.

Ahogó un grito y su cara parecía más un tomate que otra cosa en el mundo. ¿Cómo podía volver a ver a Luca a la cara?

 ¿Cómo podía volver a ver a Luca a la cara?

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En conclusión, novios.

Gracias por leer, dudas o sugerencias aquí, los quiero ❤️

Profesor || AlbertoXLuca (Alberca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora