Bonito
Steve tenia las mejillas más rojas que jamás se habían visto; en la comodidad de su habitación, en la suavidad de su cama, estaba mirando porno. Si, porno.
Bueno, realmente no la estaba mirando, esquivaba su mirada de manera incesante o tapaba sus ojos con sus orejitas, no podía mantenerla en la pantalla por más de unos segundos, era como un torturado por voluntad propia. Las palabras sucias y los gemidos eran audibles, agradecía al cielo que su habitación tuviera un sistema anti ruidos.
Tony, casualmente iba pasando por ahí... ¡Por un demonio!, ¿A quién quiere engañar? Estaba ahí porque escucho el dulce sonido y olor de una buena ronda de sexo, << ¿Del cuarto del Cap.?>> pensó. Tal vez estaba en celo, o tal vez, solo talvez el puritano Rogers se estaba echando una cana al aire ¡Que conejo más descarado! ¡En su torre!, estaba indignado y extrañamente excitado. Justo por eso, le pareció una buena idea dirigirse con silentes pasos a habitación de Steve. Su lobo se lo ordenaba.
Mientras tanto, Steve estaba dando abasto a sus necesidades como omega. De uno de sus cajones saco ese consolador rojo que le regaló James en forma de broma y ahora agradecía, el celo sin un alfa era doloroso, demasiado. Aun así, no podía pasarlo con nadie, todos descubrirían que el duro capitán tenía como hibrido a un suave conejito, la parte hibrida en las personas solo salía a flote durante en celo. Su entrada sumamente dilatada exigía la intromisión del instrumento, al igual que su esponjosa colita que se movía incesante, empezó lento y arrancándose un par de gemidos, acariciando su propio cuerpo y de vez en cuando su miembro, su aroma se esparcía de forma escandalosa.
Ese mismo, invadió las fosas nasales de Tony, quien ahora rasguñaba la puerta desesperado, el omega no lo había notado gracias a los ya mencionados gemidos, ahora combinándose con los suyos. El aroma del Cap, hizo que su hibrido saliera a flote, el lobo, que ahora se descubría a través de sus colmillos su recién salida cola. Esparciendo feromonas para que ningún alfa se le acercara, para que todos supieran que ese conejito era suyo. Steve reconoció el aroma de Tony atrás de la puerta e inmediatamente quiso abrirla, luego su parte racional le dijo que solo estaba ahí para burlarse de su hibrido. El decidió continuar con lo suyo, es decir, nadie podía escucharlo ¿No? Se puso en cuatro patas, dejando su colita al aire, lo suficiente para una mejor intromisión.
-Jarvis, abre la puerta- ordenó y la IA no respondió, solo lo hizo cuando comenzó a tocar más fuerte y a la par Steve estaba llegando al clímax, con la espalda apoyada en el colchón y el objeto vibrando en su interior, el gimiendo de manera cada vez más desesperada y Tony con golpes más fuertes. Al momento que la IA abrió la puerta, Steve ya se había corrido, su propia semilla manchaba su abdomen y las sabanas. Tony con la respiración agitada y las manos adoloridas contemplo su cuerpo desnudo por unos segundos, sabía que su hibrido era un conejito, lo supo desde que cruzo las puertas de su casa.
Si, sonaba un poco raro, enfermo, digno de un acosador; mas no podía evitarlo, Jarvis los escaneaba, no era su culpa.
Tony ordeno a la IA estabilizar el olor en el ambiente, quería disfrutar de su conciencia un rato más.
Steve estaba tembloroso, su omega interno era un cobarde. Aparte la mirada lasciva de Tony no le inspiraba confianza; lentamente se fue acercando, dándose cuenta de sus rasgos de lobo.
-Tranquilo, no te quiero hacer daño.
Se acercó más, cubriendo con las sabanas a Steve, que justo ahorita se había convertido en lo más adorable que en su vida vio. ¿Cómo podía ser posible?, lo acababa de ver auto penetrarse y gemir desesperado, aun así, era lo más puro e inocente que vio.
-Quítate eso. - dijo señalando el consolador, solo él podía estar en su interior, no ese sucio juguete. Steve obedeció, pensó que el alfa lo tumbaría contra la cama y lo haría suyo hasta saciarse, algo que Steve no quería... Ósea si quería, pero no así.
Cerro sus ojos esperando que el alfa lo tomara, espero y nada sucedió. Al abrirlos se encontró solo y pensó que su hibrido no fue del agrado del alfa, ser rechazado por un alfa –El que sea- durante el celo era un golpe bajo para cualquier omega.
Ahora se quería echar a llorar, hasta que por la puerta cruzo el alfa con muchas prendas suyas, comida y mantitas de su cama. Entonces Steve entendió, Tony quería hacer un nido, un nido con él. Su omega salto feliz, desde que se tomó el manto del capitán América ningún alfa lo miraba así. Tony fue tan dulce, lo arrullo, lo mimo, esparció feromonas protectoras y antes de dormir, Steve le regalo un beso casto en los labios, sin saber que desde ese día no volvería a pasar un celo en soledad
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Together.
Fanfiction¿Acaso no es obvio? Mucho Stony. Cortos, con o sin continuación, que he ido escribiendo. los personajes no me pertenecen y no escribo con fin de lucro, solo para entretener. Historia que puede tener diversos cambios en portadas y nombre porque soy...