Parte 11

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Cita inesperada

Tener a una niña prodigio no es tarea fácil.

Nada fácil.

Frank, siendo un Omega, apenas puede balancear su vida entre las responsabilidades con Mary y su vida sentimental.
Por ello tiene citas espontáneas, amores de una noche, porqué no puede ofrecer estabilidad y perfección, ni siquiera la certeza de que llegará a cada cita o compromiso.

Lo intentó, realmente lo intento. Hasta con la maestra de Mary. Tarde o temprano se aburren del omega.

Por ello, cuando el pequeño profesor alfa de Mary, toca su puerta y en vez de pasar y dictar su clase especial se queda en la puerta y le pide una cita, Frank no sabe como reaccionar.

-Acepte, por favor- pide el joven de ojos brillosos y labios que parecen quemados a fuego.

Frank toma el ramo de tulipanes y le invita a pasar.

-Joven Stark, yo...
-Llámame Tony.
-Tony yo...

Y se ve interrumpido por segunda vez, es Mary que regresa de su junta de niñas exploradoras.

Mary observa los tulipanes, a su tutor y su Frank, entonces-como la genio que es- deduce rápido y esto le roba una sonrisa.

-¿Te declaraste? ¡Al fin! Frank, todos los días habla de ti, de lo mucho que le gustas.

Frank ve las mejillas del joven enrojecer por sobre su piel morena. Mira a la joven y le da una mirada reprobatoria, sabe que es momento de ir a su habitación.

Una vez que lo hace, Frank se pone de rodillas adelante del joven avergonzado y con una sonrisa sincera le dice que acepta.

Desde ese día Frank ha tenido tantas citas y con el mismo joven castaño.

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