Después de esa corta conversación con Cole, llegó la hora de dormir, decidimos quedar por la mañana sobre las 11 am, así que me puse mi alarma a las 10. Me recogí el pelo en una trenza para la mañana siguiente tener el pelo rizado."RIIIIINGGGG RINGGGGG" " RINNNNNNGGGG" Efectivamente la alarma acaba de sonar.
Mire el móvil con los ojos medio cerrados, y vi que Cole me había escrito un mensaje a las 7 de la mañana, ¿Pero este hombre no duerme o que?
- "Buenos días Vero".
-Hola Cole- le escribí yo.
- "Que seca estas por las mañanas no?"- me replicó él.
-"Luego nos vemos pesado". Se quedo ahí la conversación y comencé a levantarme de la cama y a prepararme para la quedada.
Cogí a Nini le di su comida, le puse su arnés y salimos hacia la calle.
- "ADIOS MAMAAAA, LUEGO VENGO"- Le grité a mi madre desde la puerta.
-No llegues tarde cariño, tu padre va a hacer una barbacoa en el jardín.
-VALEEE MAMA-
Hacía un sol radiante, aunque fuese septiembre todavía se notaba el calorcito del verano, mientras iba hacia el parque no podía dejar de recordar mis increíbles veranos en Italia, y lo mucho que echaba de menos a todos mis amigos, y sobre todo a mis abuelos maternos. Al único que no quería ni ver era a el idiota de Damiano Rinaldi, una historia larga de contar. Mi mente quería olvidar ese pasado.
A lo lejos empecé a ver a Cole con su complexión alta y musculosa, pero no demasiado, mediría 1,85 más o menos, lo que hacía que yo me viese como un tapón a su lado.
-Buenos días, estás preciosa- Me dijo Cole mientras me saludaba con dos besos.
-¿Qué pasa que los franceses solo sabéis decir piropos, eso les pega más a los italianos no crees? Le dije yo vacilándole.
-Pues va a ser que tengo a una Italiana delante de mis narices y todavía no ha soltado un piropo bonito hacia mi persona- Replicó mientras se reía mostrando su perfecta sonrisa.
Mientras nos picábamos, nuestras perritas ya habían empezado a jugar por el parque, dando saltos y arrastrándose por el barro.
-Me temo que mis halagos hay que ganárselos señor Meyer- conteste yo.
En ese instante nos quedamos con la conversación inacabada y nos miramos atónitos con lo que estábamos viendo, ¡No puede ser! Dé repente aparecieron Vega y Nini llenas de barro, hierba y a saber que más.
¡Vega ven ya!- Decía Cole exaltado.
-No puede ser la duche ayer. Replicó de nuevo.
-JAJAJAJAJ, venga Cole, solo es un poco de barro, vivo por aquí cerca si quieres les damos un manguerazo y quedaran limpitas- le propuse a Cole.
Cole aceptó y nos fuimos hacia mi casa.
En el camino, me empezó a contar cosas de su vida, como que salía todos los sábados a correr al punto de la mañana, y que cuando volvía a casa siempre iba a darle un abrazo a su hermana pequeña y despertarla. Me sorprendió mucho esa faceta de él.
Cole era una caja de sorpresas, por fuera parecía el chico rudo, picaflor, al que cualquier tía caería a sus pies, pero por dentro era un tío blandito, no sé como describirlo.
Llegamos a mi casa, y empezamos a echarles agua a los perros, y obviamente Cole no se podía estar quietecito con la manguera.
-Verona, creo que te has manchando un poco por ahí- Señalando la zona del escote.
Y antes de que yo pudiese impedírselo me caló entera.
COLEEEEEE CABRÓNNNN- Le gritaba mientras le robaba la manguera
Te vas a enterar, le dije mientras el corría despavorido.
Básicamente acabamos los dos mojados de pies a cabeza, cayendo al suelo y Cole aprovecho para dejarme inmovilizada de manos poniéndose encima de mi. ¿EN QUE MOMENTO HEMOS ACABADO ASÍ?
"Ahora que vas a hacer pequeña"- Me decía mientras yo intentaba escaparme.
"¡¡¡¡SUELTAME CANALLA!!!!"- Le decía mientras me desternillaba de risa.
La diversión se terminó pronto ya que apareció mi padre por la puerta del jardín con todo lo necesario para la barbacoa.
-" ¿Pero que está pasando aquí?"- Dijo mi padre descolocado.
Mis mejillas se sonrojaron y me entró un "tierra trágame" bastante impresionante.
Cole se levanto inmediatamente y se fue a presentarse a mi padre.
-Hola, disculpe señor, soy Cole Meyer voy al mismo instituto que su hija, disculpe mi apariencia pero fuimos al parque con los perros, y acabaron llenos de barro, y como usted bien sabe, cuesta mucho lavarlos, y por eso estamos empapados.
No por favor, Cole para- pensaba yo en mis adentros.
-Encantado Cole. Le respondió mi padre- Si que es verdad que es difícil lavar a estas criaturas, dijo riendo.
-Espere espere usted le gustan los "Lakers"- dijo Cole señalándole la camiseta que llevaba mi padre en aquel momento.
-No solo me gustan, soy gran aficionado desde los 3 años- Le dijo mi padre.
-Me encantan sus partidos sobre todo el partido de la NBA de los Lakers contra Miami Heat.
Yo me levante y me quede escuchando su conversación, resulta que a Cole le gustaba muchísimo el baloncesto. Sorprendentemente mi padre y él parecían colegas de toda la vida.
-Cole no te querrás quedar a comer con nosotros la barbacoa, y me sigues contando como va tu liga del baloncesto aquí en Francia.
ESPERA QUEEE MI PADRE LE ESTÁ INVITANDO A COMER BARBACOA, EN QUE MOMENTO SE LE HA OCURRIDO ESTA PÉSIMA IDEA.
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Memorias de un desastre premonitorio
RomanceRelata la historia de Verona Stone que cuenta su historia de amor ocurrida en 2018 con un chico de segundo de bachillerato de su nuevo instituto en Francia llamado Cole Meyer, la relata desde una perspectiva de niña hasta día de hoy 2021, en la cual...