Capítulo 9: Una barbacoa inesperada

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(Mi padre preparó la barbacoa y comenzamos a comer la carne recién salida de la parrilla)

Sinceramente no me creo lo que está pasando, Cole Meyer está comiéndose unas costillas a mi lado mientras habla con MI PADRE de baloncesto- pensaba en mis adentros.

- Bueno Cole cuéntanos desde cuando vives por aquí- preguntaba mi padre.

- Desde que nací señor Stone, pero mi madre es de Paris y mi padre es de Toulouse, se mudaron aquí para formar nuestra familia y por el traslado laboral de mi padre.

- Porfavor Cole, llámeme Hardin- decía entre risas (mi padre es muy hogareño y no le gusta nada los formalismos ni que le traten de usted ni nada parecido)

-Jajajja perdón Hardin, en Francia es complicado saber cuando tratar de "usted" y cuándo dejar los formalismos atrás. Decía Cole aliviado.

- Ningún problema, ¿y qué quieres estudiar de mayor Cole?

-Me gustaría ser jugador de baloncesto profesional y si no llego a lograr mi sueño, me encantaría meterme a las Fuerzas Armadas. -Contesto Cole.

Tras un largo interrogatorio con mi familia y Cole, llegó la hora de que esta velada tan random terminase.

Cole y yo nos encontrábamos en la cocina terminando de limpiar los platos:

- Bueno ya es hora de que te vayas- le dije a Cole.

- ¿Ya quieres perderme de vista pequeña?- Me replicaba Cole.

- Hombre pues después de la que has liado haciéndote colega de mi padre, yo creo que ya basta con lo de hoy ¿no?

- ¿Te estás dando cuenta de lo que me estás diciendo?- Decía Cole con una mano en la cabeza para mostrar más dramatismo a la situación mientras se tiraba en forma de desmayo.

- ¿Te estás riendo de mi?- Le decía mientras me sacaba una sonrisilla.

- Que guapa estás cuando sonríes, no te preocupes que ya no os molesto más- Me decía mientras me intentaba dar un abrazo con sus fuertes brazos.

- Che che che, pero que confianzas son estás- Le decía y me alejaba haciéndole una "cobra" a su abrazo.

- Que tonta eres- Me decía y me termino dando un abrazo ¿amistoso? Mientras se despedía de mi.

Cole se fue sobre las 16 del mediodía, se despidió de mi familia y le dio las gracias por la invitación. Yo me quede en mi cuarto pensando en nuestro revoloteo con la manguera en el jardín, debatiendo que hubiese pasado si mi padre no nos hubiera cortado el rollo.
AYYYY ODIO NO PODER ODIAR A COLE.

Llame a Lydia porque necesitaba desahogarme con alguien y contarle todo lo sucedido, porque era para flipar.

- ¡¡¡¡¡¡QUE QUE QUE QUE !!!!!!!! - gritaba lidia por el teléfono

-SHHHH SHHHH CALLA LYDIA- Le replicaba yo exaltada.

-Perdón perdón, pero es que es muuy fuerte, el tío más bueno de Segundo, el cual te ha pedido una cita, con el cual te has dado un revolcón por el césped empapados de agua, con el cual has comido y encima se ha hecho amigo de tu padre, es que es muy fuerte- Repetía una y otra vez mientras hiperventilaba. (adoro a esta mujer)

- Pero no digas tanto "el cual" mujer jajajaja que ya no sabes ni formular dos frases- le decía yo entre risas. :)

- Escúchame Verona, amiga, como pierdas esta oportunidad que te están brindando los mismisimos dioses te juro que te matare yo misma y te cortare en pedacitos. - Decía Lydia

Yo le cambie de tema y le pregunte que tal la cosa con Steven (el amigo de Cole, el de la excursión vamos).

- Pues a ver quedamos un par de veces y creo que bien, me invito a su casa a ver Netflix pero no tenia netflix, ya sabes Verona jajajaj, y pues acabamos un poco "acalorados" se podría decir- Contestaba Lydia.

- Maño maño, ahí hay tema ehhhhh- le decía yo emocionada.

Hablamos un rato más y me despedí de ella ya que me iba a ir al centro comercial con mi madre para comprar el material escolar que me faltaba y algo de ropa.

Me puse un mono vaquero con un top blanco  y unas sneakers blancas a juego y mis gafas de sol (qué son más de postureo que otras cosas) y salimos con el coche hacia ahí.

Cuando llegamos nos metimos a una tienda de material escolar y compré todas las cosas que necesitaba

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Cuando llegamos nos metimos a una tienda de material escolar y compré todas las cosas que necesitaba. En ese momento cuando fui a pagar reconocí una cara que me resultó familiar.
¡Me estás vacilando! ¡Esto no puede estar pasando!
¡QUE HACE ESTE CHAVAL AQUÍ! ¡HELP ME PLEEASE!

Derrepente el susodicho comenzó a acercarse a mi a paso ligero.

- Hola Verona, cuánto tiempo.
-DAMIANO que haces aquí. Pregunte yo con cara de espanto.

Memorias de un desastre premonitorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora