EPILOGO

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Decir que Seokjin no tenía nervios, era la mayor mentira del mundo. Estaba sentado en una enorme tina y poco a poco regaba sobre su cuerpo pequeños chapuzones de agua, recogidos con un recipiente de madera. Sus heridas ardían, escocían lentamente mientras el agua las humedecía.

Estaba en el baño del castillo, prácticamente escondido y huyendo de Namjoon. ¿Por qué? Bueno, era momento de su apareamiento y quería un momento a solas para calmarse. ¿Un dragón estaba a punto de ingresar en la parte más escondida de su cuerpo? Joder, él no era virgen en las relaciones sexuales, pero en realidad él siempre había sido quien dirigía la diversión y por lo tanto, su trasero era puritano, ahora, estaba a punto de permitir que Namjoon ingresara... su nudo, según sus palabras, para luego dejar a Seokjin embarazado y llevando al heredero del trono de la casta esmeralda, el pueblo de Namjoon.

Magnifico, esplendido, joder, se suponía que era conocido como el guerrero corazón de piedra pero nada distaba más de la realidad en ese momento. Valiente su culo, que iba a recibir todo el daño posible. Suspiro mientras regaba agua tibia en su espalda, mojando desde los cabellos de su nuca. Se sentía inquieto pues pronto tendría que enfrentarse a la paternidad.

Toda su vida había estado solo, su padre había sido un guerrero y su madre murió al dar a luz a Hoseok. Había criado a su hermano pero sentía que con su hijo sería diferente, después de todo Namjoon le había dicho que el pequeño podría transformarse en un pequeño dragón. ¿Cómo podía comparar la crianza de su hermano con la de un próximo heredero dragón?

¿Y si lo reñía y el niño hacia una pataleta que incendiaba la casa? ¡Se volvería loco!

¿Y qué sucedería con el reino? ¿Quién sería el próximo Rey? No había podido ver a su hermano porque estaba en la cueva sin poder salir por su estado débil, sin embargo estaba recuperándose gracias al tercer dragón que había conocido, cuyo nombre era Yoongi. Un enorme dragón de escamas rojas que parecía comer ositos en su desayuno y que de repente, parecía girar alrededor de su mejor amigo Jimin.

Ahora habían tres dragones en el pueblo, su hermano estaba en una cueva desconocida, Jungkook estaba curando a los soldados pero muchos habían sido asesinados y ahora sus familiares debían recibir las noticias. Todo era un caos ¿Cómo se tomarían que Seokjin había asesinado al príncipe y que los reyes habían sido reducidos en cenizas? Cálmate Seokjin, inhala, exhala, no entres en pánico.

— ¿Seokjin?—La voz de Namjoon fue seguida de unos golpeteos en la puerta.

—Dime que todo estará bien. —Pidió, incapaz de ocultarle a su pareja como se encontraba.

—Lo prometo. —La emoción de Namjoon era difícil de contener. ¿Realmente iba a reclamar a su pareja? ¿Podría Seokjin aceptarlo? Sostuvo el aliento esperando la respuesta de su amado.

Seokjin abrió la puerta minutos después, su cadera rodeada de una pequeña tela blanca que marcaba sutilmente una polla de tamaño medio. — ¿Cómo hacemos esto?

¡Joder, si! Namjoon sentía como si se acabara de ganar la lotería, así que jaló a Seokjin a sus brazos, acostándolo suavemente sobre su espalda.

—Solo déjame amarte. —Namjoon subía sobre Seokjin—. Solo una vez. —Su cuerpo temblaba al igual que sus manos cuando pasó ligeramente sus dedos sobre la palida cara de Seokjin. Su guerrero asintió y lo jalo para un ardiente beso.

Seokjin envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Namjoon y abrió la boca para la exploración de su pareja. Con lo bueno que era eso, Namjoon no quería desperdiciar el tiempo. El miedo de que su pareja cambiara de opinión hizo que se alejara del beso. Namjoon apartó las piernas de Seokjin que lo envolvían. Realmente no quería apresurar las cosas, pero su estómago estaba hecho un nudo pensando en que el hombre cambiaría de opinión en el último segundo.

Stone Heart - [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora