Capítulo 10 - Dime amor y yo te llamaré cariño

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Seokjin estaba colgado, sus muñecas ardiendo por las cuerdas que lo apretaban y extendían como un cerdo para el matadero

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Seokjin estaba colgado, sus muñecas ardiendo por las cuerdas que lo apretaban y extendían como un cerdo para el matadero. Sus tobillos estaban atados de igual forma y su cabeza se inclinaba sin voluntad alguna.

—¡Esto no funcionará majestad!

—¡Es el sacrificio! ¡E-Eso debería calmarlo!— Miedo puro goteaba de las palabras temblorosas del Rey. ¿Y como culparlo de su angustia si frente a él, un dragón enorme de escamas esmeralda, quemaba a sus guardias sin problema alguno?

Pero en sus poderosos y aturdidores rugidos, se percibía la tristeza infinita. ¿Lo peor? Dos dragones más se habían unido y entre los tres, como lluvia caliente sobre simples mortales, se derramaba fuego en poderosas olas abrasadoras.

El olor a carne quemada era asfixiante, el pasto marchito y la tierra muerta eran testigos de su dolor. Parecía un campo desolado con miles de cuerpos inertes, sus rostros desfigurados e irreconocibles.

En el pueblo, los soldados observaban todo junto a sus familias, protegidos por un campo de fuerza púrpura que él brujo Jungkook había creado.

Se negaron a ofrecer ayuda o misericordia, por lo que él Rey, enloquecido, sin plan alguno, delirante había decidido colgar a Seokjin como un títere usado y roto con la esperanza de que él dragón lo tomará como tributo o sacrificio de redención.

Idiota. Aquella imagen había empeorado el estado del dragón, sus rugidos y sus enormes garras habían destruido su castillo, sepultando a su esposa y a su hijo, perdiendolo todo. No le quedaba más que las bodegas de oro puro para proteger, porqué a su ejército y a los habitantes no les importaba. En cuánto a los guardias de la realeza, no importaba lo entrenados que estuvieran, sus capacidades eran nulas contra tres dragones.

Un momento... Esa era la solución

—¡Abran las bodegas!— Gritó él Rey y una sonrisa enloquecida estiró sus labios. —¡Y ubiquen detrás de ellas los cañones! Vamos acabar con este animal del infierno.

Y Namjoon, al estar lleno de rabia y dolor no era más que un dragón en su estado más destructivo, salvaje e irracional.
Es por eso que, cuándo sus ojos como diamantes negros vieron el brillo atractivo de las montañas de monedas, joyas y más riquezas en la lejanía, se detuvo.

Parecían colinas infinitas de oro, rugió anhelante y solo podía pensar Mío, todo es mío. Por supuesto, los otros dos dragones sintieron aquel tirón de deseo por el oro, sin embargo al tener ambos sus respectivas parejas vivas y cerca, lograron controlarse.

Después de todo, Jungkook había gritado una advertencia a Taehyung y Jimin, siendo atendido por los habitantes junto a Hoseok, le había gritado al dragón rojo ahora conocido como Yoongi.

Pero él, debastado, sin su pareja y creyéndolo muerto, solo podía moverse y aplastar con sus enormes patas y su pesada cola a todo el que se interpusiera entre él y aquel tesoro.

Stone Heart - [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora