Capítulo 6

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Su alarma suena dándole la bienvenida a su tercer día bajo protección de testigos, donde debía desayunar y después dejar que la policía lo llevase al hospital, sin darle la posibilidad de conducir su propio vehículo o alejarse por mucho tiempo de su cuidado.

Mentiría si no dijera que le resultaba estresante su situación actual, sintiéndose como un niño que necesitaba supervisión para cada paso, pero tampoco iba a armar un escándalo por una incomodidad que apenas dura unos minutos, después de todo, al final de cada día, Xiao Zhan termina demasiado metido en su trabajo, paseando de un lado a otro hasta que acaba su turno. Incluso en más de una ocasión se ha desconcertado al ver a dos guardias siguiéndolo por todo el hospital.

Se dejó caer en la banqueta del desayunador, sujetando con una mano un manojo de hojas y con la otra una cuchara, la cual se sumergía en una taza de yogur con avena.

Habló tanto interna como externamente, repitiendo casi textualmente las palabras escritas en el informe, para después pasar página y repetir la rutina.

-¿Qué hace? -una voz llegó a espaldas de Xiao Zhan, aunque sabía de quién se trataba.

Al igual que el primer día, siguiendo una constancia a rajatabla, todas las mañanas -y también a la noche cuando volvía de trabajar- el mismo oficial revisaba su departamento de pies a cabeza.

Giró su cuerpo hasta encarar al agente, que no estaba muy lejos pero a la vez no lo suficientemente cerca. Tenía su torso inclinado mirando curioso a Xiao Zhan y las hojas blancas desplazadas sobre la mesa.

-Estoy practicando mi discurso. -explicó- ¿Terminó de revisar, Oficial Wang?

Wang Yibo asintió. Sin pensarlo mucho se acercó hasta colocarse a un lado de la banqueta de Xiao Zhan, examinando las letras impresas en una hoja blanca, en ella también había un dibujo hecho a mano donde remarcaba zonas con diversos colores y pequeñas aclaraciones, aparte de notas hechas a mano sobre márgenes o párrafos. La caligrafía es elegante a pesar de verse hecho sin mucho cuidado, de trazos delicados y marcados. Yibo se preguntó si el doctor había pensado en participar en los concursos de caligrafía.

-¿Para qué es esto?

Su dedo cayó sobre el dibujo de un torso humano, una flecha salía del cuerpo y aclaraba un punto de corte que partía a tres dedos de la clavícula con un largo de tres manos. "Parece un gōng*" pensó Yibo. Debajo de este había el mismo dibujo pero con un corte más simple y elegante, sin un corte horizontal.

-Es una cirugía de corazón abierto. Este dibujo -señaló el primer dibujo- es la cirugía que se lleva practicando desde hace años, últimamente estamos buscando hacer un procedimiento más rápido y que no deje una cicatriz tan notoria. Esto que se ve aquí -señalo en el segundo dibujo dos rectángulos grises a ambos lados del corte- actúa como un expansor, divide la piel y nos da acceso al corazón.

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