"Ambrosía mortal"
El semáforo se puso en rojo y un Toyota Yaris Sedán gris se detuvo a unos centímetros de la senda peatonal. El sonido de una mujer hablando se filtraba por los parlantes de la radio, con una voz tranquila mencionaba que los criminales acusados de tráfico de droga, que habían escapado del hospital hace diecisiete días -los cuáles resultaron heridos tras un atentado hacia la policía durante una redada- por fin habían sido atrapados. Y tras un testimonio de una víctima -un reconocido médico cirujano del Hospital Jishuitan- los mismos fueron fichados como precursores del acto.
-Todo esto resulta extraño, ¿no? -dijo la joven- Después de un tiempo que parece casi calculado, ¿la policía fue capaz de capturar a todos a la primera?
La reportera que, unos días antes había estado trabajando en televisión como notera para el centro de noticias, fue despedida al poco tiempo por difamación y conducta inapropiada, además de divulgar falsa información sobre Karma o la razón de muerte de diversos policías.
-Tengo una llamada de un oyente, a ver, ¿hola? Estás comunicándote con "Hablemos de la verdad", ¿cómo te llamas?
Aún después de ser despedida seguía aferrada a su afán de ser una periodista que no ocultara la verdad al público. Su creencia de la existencia de un grupo de personas -que asesinaban policías para limpiar la corrupción- se volvió en el foco central de su trabajo. Y no era un simple capricho o la ambición de una niña, ni el deseo de volverse un objetivo para cierta gente, sino que todo encajaba como un rompecabezas. Las muertes no seguían ningún patrón más allá de que todos trabajaban en el mismo rubro, pero incluso un asesino en serie -a la hora de matar- repetía un ritual.
-Hola. -la voz de un hombre llegó en respuesta- Me llamo... emm prefiero no decirlo.
-Es entendible. -respondió la joven, sin parecer molesta- ¿Hay algo que quieras decir de este caso o tienes una experiencia personal?
-Solo quería decir que, si hay alguien de Karma que me está escuchando en este momento, que sepan que les estoy profundamente agradecido. -su voz se notaba sincera- Hace meses mi familia sufrió acoso de un policía: Mi madre recibía mensajes horribles e incluso la amenazó de que si no hacía lo que le pedía él... -un sollozo se escuchó al otro lado del teléfono, seguido de un suspiro pesado- Ahora ese hijo de puta está enterrado bajo tierra, muerto como la rata inmunda que es.
»Fui a su velorio, lo ví desde lejos y no puedo creer como hay gente que los respeta aún. Después de todo lo que han hecho, Karma es la salvación para aquellos que debemos sufrir el abuso de la policía.
El coche se detuvo en el estacionamiento del Hospital Jishuitan y la radio se apagó automáticamente junto con el motor del auto. Xiao Zhan miró sus manos enguantadas sosteniendo el volante en silencio y después el largo cielo oscuro plagado de estrellas perdidas y una luna brillante.
Después de varios días de anormalidad volvía a las guardias nocturnas, y con ello las largas horas sin poder dormir. A acostumbrarse a un reloj interno complicado y pequeños sueños en una cama frágil sobre barras de hierro. A tener visitas de urgencia por la madrugada y tal vez una que otra cirugía si la situación lo ameritaba.
Abrió la puerta del vehículo, no sin antes sacar sus pertenencias que había dejado en el asiento del copiloto, y cerró la puerta colocando la alarma del auto.
El teléfono en su mano vibró, revelando una notificación de WeChat, en la cual se alcanzaba a ver un nombre que conocía bien: W. Yibo.
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Addicted To You
Ficción GeneralNadie es lo que aparenta a simple vista. Nadie es como se expone ante el mundo. Nadie es perfecto. Nadie es incorruptible. Nadie es sereno. Todos somos una sombra cortada con cuchillas, perforada con balas, golpeada con puños. Imperfecta y abom...