Capítulo 10

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"De pie ante el rey de reyes"



El sonido de su teléfono sonando a primeras horas de la mañana fue lo que lo despertó. Aún sentía su cuerpo agotado y adormecido -por el día anterior-, y al estirar su mano por fuera de las sábanas parecía que pesará cinco kilos más de lo normal. Tocó el aire varías veces hasta dar con su móvil.

Sus ojos estaban entrecerrados, aturdidos por el cansancio y los rayos de luz que cruzaban las cortinas, apenas siendo consciente del nombre que aparecía en pantalla.

-Buenos días -su voz salió ronca-, ¿en qué puedo ayudarle?

Sus ojos se cerraron, intentando leer las agujas del reloj en la mesita de luz, pero su visión apenas si era capaz de enfocar una distancia que no llegaba al metro antes de volverse borrosa como una imagen en baja calidad.

-Buenos días Doctor Xiao Zhan, -una voz femenina se escuchó desde el otro lado de la línea. Su toque delicado y suave como un dulce lo hacía extremadamente cautivador- quería informar sobre la reunión de esta noche. He podido contactar con el superior que lleva a cabo su caso, el Comisario del Distrito Chaoyang, Wu Yincho. Debido a que está todo en orden, me gustaría que usted también esté al tanto de la situación.

Xiao Zhan se acomodó en la cama con cuidado hasta quedar sentado.

Hace varias semanas había empezado una campaña por el nuevo puesto de representante político en China. No era como si la competencia fuera muy grande, por lo que solo dos puestos estaban ocupados, enfrentándose con ideas y propuestas totalmente diferentes.

No había estado muy metido en la política, a la larga su trabajo seguiría siendo el mismo sin importar en qué bando se pusiera, pero el hecho de ser llamado directamente para asistir a la velada, y más por su pasado con el candidato, estaba obligado a asistir.

-La escucho.

Xiao Zhan miró a su lado, viendo el espacio vacío al otro lado de la cama.

-Podrá ir a la reunión con normalidad. -habló la joven, su tono animado estaba cargado de una emocionalidad vivida- Dos agentes permanecerán a su lado como de costumbre. Además de eso, debido a que no podemos permitir que vuelva a su casa tan tarde, y menos con los asesinatos tan presentes estos días, Hu Bing ha decidido por su propia mano prestarle las habitaciones de invitados para usted y sus guardaespaldas. También el hospital está al tanto de esto, así que el Director decidió darle el turno de noche, para que así usted pueda volver con tranquilidad mañana y alcance a descansar.

Empujándose fuera de la cama, Xiao Zhan se había detenido a solo cinco pasos del armario cuando está mujer había terminado de recitar su cronograma como si fuera su secretaria.

-Veo que Hu Bing está muy emocionado con mi asistencia.

-Él nunca los despreció, Señor. Ante sus ojos usted es un logro y está más que orgulloso de lo que ha llegado a ser.

Xiao Zhan había llegado a su puesto gracias a su propio esfuerzo y su propia capacidad de ser alguien por encima de lo normal. O eso es lo que escuchaba decir de muchos que despreciaban su pasado y negaban a quienes lo ayudaron a progresar. Nunca fue ajeno al resto, ni siquiera cuando le hayan dado un concejo tan ínfimo. Su memoria era increíble, por lo que era capaz de recordar tantos detalles y tantas personas a la vez.

Después de unas indicaciones finales como: la vestimenta, el horario y un cambio de ropa. La llamada terminó y Xiao Zhan salió de su habitación ya cambiado.

Tenía un pantalón ligero y una camisa celeste de material fino. En sus pies unos zapatos de vestir negros y como detalle final agarró la bata blanca que colgaba en un perchero al lado de la puerta.

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