¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
| Leandro Paredes |
— Mira como nos relojean los cornudos. — hablé en el oído de Lara, provocando su risa.
Gemma y Rodrigo nos estaban matando con solo mirarnos, mientras están apretando frente a nosotros desde hace un rato largo.
Mi reloj marcaba las 4:35 y Nico con su mujer ya se habían retirado, siempre hacían lo mismo.
— Deja el alcohol y la paranoia, Leo. — respondió luego de reír ella.
— Yendo a buscar más cervecita. — grité, con la intención de que Rodrigo me escuche. — Amigo acompáñame, pedile que te alargue un poco la correa. — Gemma revoleó los ojos y mi amigo comenzó a reír. Dejó un beso más en los labios de ella y se levantó para acompañarme
Caminamos en dirección a la barra para pedir cervezas y él un Mojito para su querida novia. Me molesta que sea tan pollera a veces.
— Espero que con Lara sea buena onda nada más. — dijo, con un tono amenazante, mientras entregaba el papel de las consumisiones al barman. — Te conozco. — reí.
— Cero, amigo. — agarré lo que el barman nos dejó sobre la barra y volvimos para donde ellas estaban.
En el recorrido, Rodrigo se frenó para saludar a una pareja conocida de él que lo llamó, por lo cual, seguí caminando solo. Llegué dónde estábamos y la situación, pacífica y amistosa, no era la misma que antes de irnos: Gemma ahora estaba gritándole cosas, que tardo en descifrar, a Lara.
Me interpuse entre las dos, intentando calmar los ánimos a la vez que dejo las bebidas sobre la mesa.
— ¡No te metas! — gritó Gemma, totalmente sacada.
— ¡Para Gemma, ¿Que te pasa?! — dije, de la misma manera. Ella comenzó a llorar al mismo tiempo que se sentó. Lara, tomó su lugar y empezó a gritar.
— ¡Si yo hablo sabes perfectamente que se te cae la careta y quedas mal parada! — entendí por dónde venía la mano. — ¿Justamente vos vas a decirme eso? Te recuerdo que sos la menos indicada en hablar. — continuó Lara.
Al girar mi cabeza ví que Rodrigo llegaba a nuestro espacio, sin entender nada. Miró a las dos, Lara con los ojos aguados y Gemma tapándose la cara, dejando sentir su llanto. Agradezco que la gente de los alrededores este alcoholizada y no preste atención.
— Ei,¿Que pasa? — intervino el novio de Gemma, acercándose y poniendo su mano en la espalda de ella, acariciándola. — Amor, ¿Que pasa? — repitió ante la no respuesta.
