• 08 •

5.1K 245 23
                                    

Venecia | Italia

Venecia | Italia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

| Gemma Ricci |

 Bueno, descansa Lari. — digo, al soltarme del abrazo con mi amiga. — Nos estamos hablando para ver qué hacemos mañana.

   Ella sonríe y coincide en lo que digo, aceptando el saludo de Rodrigo para despedirnos y caminar hasta el ascensor, a tan solo unos metros.

   La visita a Lara en Venecia fue una sorpresa que no se imaginaba, lo demostró en su cara totalmente sorprendida cuando abrió la puerta de su casa y nos vió parados frente a ella.

   Nos pusimos un poco al día con todo lo que no pudimos hablar y cenamos los tres juntos, tornando el ambiente muy tolerable y amistoso.

   O por lo menos entre nosotras ya que, al parecer, Rodrigo no tenía ganas de cambiar su cara de culo. Llegamos bien, hasta que en un momento se puso serio y su actitud cambio al cien por ciento. No logro entender sus motivos, pero que los hay, los hay.

  Dudo que haya escuchado o leído algo que no debe, más bien siento que le molesta la presencia de otra persona con nosotros. Y no tiene lógica, porque él mismo propuso viajar a Venecia.

Lo único que tengo claro es que volvieron sus mal humores repentinos y por consecuente nuestras peleas.

— ¿Se puede saber qué te pasa? — pregunto, cuando Rodrigo sube el volumen de la música del auto, sin decir una palabra.

— ¿A mí? — evita nuestras miradas y mantiene la suya en la calle y los autos que van delante nuestro.

Si amor, tenés una cara de culo tremenda desde hace un rato largo. — trato de mantener la calma ante su indiferencia, pero desconfío de cuánto pueda llegar a durar mi paciencia.

— Uy ¿volvió la Gemma rompe bolas?

— Detesto cuando te pones así. — confieso, dejando de darle atención y deseando llegar lo más pronto a nuestro alojamiento.

  Pasaron algunos minutos en los que recorrimos el trayecto hasta el hotel, durante los cuales no intercambiamos más palabras.

  No quiero comenzar una pelea, por lo que elijo bajar al bar del hotel luego de avisarle y que no le importe, para tomar algo y pasar el mal rato.

  Pido al bartender un Mojito y cuando me lo entrega, tomo asiento en la barra para agarrar mi celular y entrar al chat que tiene un mensaje que carece de respuesta de mi parte.
Claramente contestar su mensaje teniendo a mi novio al lado no era una buena idea, y no tenía lógica.

• Feliz de mentira  | Leandro Paredes | •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora