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Leandro Paredes
- ¿Cómo podés caminar con tanta tranquilidad por acá, conmigo al lado? - pregunta Gemma cuando cruzo mi brazo por sus hombros. Solo río, es obvio que nuestra ropa nos ayuda a camuflarnos.
- La gente no nos conoce, Gemmi. - digo, restándole importancia a su gran preocupación.
- ¿Cómo siguen las cosas con Cami? - indaga, segundos después cuando al tener mi celular en mis manos, llega un mensaje de la mamá de mis hijos. Evito leerlo, ya que no quiero amargarme el rato debido a sus malos tratos.
Estoy bien, mi separación me dolió obviamente, pero estoy bien. Es una relación que ya no daba para más, nos lastimábamos mutuamente solo para demostrar una familia feliz y un amor interminable, cosa que no era. Sigue siendo mi familia, siempre lo va a ser, pero creo que desde ahora cada uno va a cumplir su rol de manera diferente para con nuestros hijos.
- Quiere pelea todo el tiempo cuando se trata de los chicos, poniendo trabas para que los vea ya que ve una manera de lastimarme. - cuento. Nuestro paso por las calles de París es lento, disfrutamos la tarde noche mientras tomamos un café de Starbucks.
- Ella quiere recuperarte, nunca te va a dejar de querer hagas lo que hagas. - asiento con mi cabeza, entendiendo que tiene razón.
- Yo tampoco la voy a dejar de querer, pero prefiero estar así y no seguir lastimándola estando donde no quiero. - la respuesta de Gemma no llega, ella no entiende que enserio dejé de amar como mujer a Camila.
Lo que siento por ellas no se compara. Camila fue el amor de toda mi vida, desde la infancia hasta ahora, compartimos muchos años y situaciones juntos, e incluso tenemos dos hijos en común. Pero, somos grandes y tenemos que entender que ese amor aveces se termina y es insostenible. La voy a querer toda la vida, pero no puedo seguir con ella si todas las noches pensaba en otra persona, y eso no es todo, sino que no me sentía mal al hablar y verme con otras chicas.
Con Gemma es distinto. Nos conocimos sin querer, viéndonos mutuamente como un pasatiempo, hasta que mi corazón empezó a confundir las cosas, y lo entendí cuando la ví de la mano de Rodrigo. ¿Cómo se me podía pasar por la cabeza que ella estaba con mi amigo?
No es culpa de ella, mucho menos de él, sino que mía por creer que siempre iba a salir limpio de estas situaciones. Ella no es la primer persona con la que engañé a mi mujer, pero es la única que me hizo sentir que necesitaba separarme para darle todo de mí. Y peor se vuelve todo sabiendo que no le pasa lo mismo.
Quisiera saber qué carajos es lo que me hizo.
- Me da mucha culpa lo que pasó. - dice, niego con mi cabeza y elijo desviar el tema hacia ella. El único culpable de que mi relación se haya terminado soy yo y si Gemma entró a mi vida es porque yo se lo permití.
