•09•

4.8K 238 65
                                    

Mayo de 2020
Udinese, Italia

Mayo de 2020Udinese, Italia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

| Gemma Ricci |


— ¡Dale amor! — grito cansada de esperar que mi novio salga del baño. No entiendo como puede tardar tanto bajo la ducha. 

   Nos comprometimos a ir a cenar a la casa de un compañero de Rodrigo, el cual está saliendo hace poco con su novia y quería presentármela para que pueda tener una "amiga" en la ciudad, ya que llegó hace muy poco tiempo.

   Acepté por el hecho de que estoy en la misma situación, siendo que llegué hace relativamente poco y no pude entablar relación con mucha gente que digamos. Menos que menos, las mujeres de los jugadores de Udinese, a quienes no conozco.

  Rodrigo no responde a mis apuros y no cierra la ducha por el momento. Interrumpe mi ritual de make up su celular con mensajes muy insistentes.

   Pienso durante algunos segundos si agarrarlo o no, pero recuerdo que no acostumbramos a eso. Vuelvo a prestar atención a la sombra de ojos que tengo frente a mí, tratando de elegir un color. Pero  una llamada es lo que desconcentra nuevamente.

  Me acerco hasta donde reposa el aparato, creyendo que quizás es nuestro anfitrión por algún problema o algo que olvidó comprar, pero no. En la pantalla se leen dos iniciales: "L. N."

  Me da intriga el saber quién es y por qué tanta insistencia, ya que asumo que es la misma persona que enviaba mensajes. A mi cabeza llega una suposición imposible, ¿Con qué motivos sería Lara la dueña de esas iniciales?

   Con dudas instaladas en mí, decido aceptar la llamada y llevar el celular a mi oído. Llevándome la sorpresa más grande, ¿Para qué? 

— Bombón, te has olvidado la campera en casa. — el acento extranjero de esa mujer es lo primero que capta mi atención. — Ven a buscarla o tendré que esconderla. — en el mismo momento en el que mis lágrimas comienzan a caer, Rodrigo sale por la puerta del baño que está justo frente a mis ojos. — Por cierto, lo de hoy fue increíble.

  Río, sintiendo como todo en mi interior se derrumba. Él intenta acercarse a mí, pero lo freno con mi mano, escuchando como ella ahora reclama una respuesta.

— Dale, podés seguir contando lo increíble que fue su tarde. — indico, justo para sentir los tonos al otro lado. Rodrigo saca el teléfono con brusquedad de mis manos y su mirada solo acusa. — No intentes explicarme nada, ya sé dónde estuviste hoy.

  Bloquea rápidamente el celular y lo tira sobre la cama, bajo mi mirada confusa.

— ¿Qué escuchaste? — indaga, con un largo suspiro.

• Feliz de mentira  | Leandro Paredes | •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora