Primera nota: OIGAN, puede que varios capítulos vayan hacer en narrador omnisciente, ¿la razon? aun me faltan muchas cosas que explicar, es decir, tengo que narrar desde varios personajes para poder explicar su situación, ya que todos están en distintos lugares. Es un verdadero trabajo, así que disfruten la lectura, espero que la entiendan.
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Moly Anderson.
Casada, con un hermoso Penthouse, vive en San Diego California con dos hijos gemelos y su esposo. Tenía una vida normal y con comodidades, llevaba y traía a sus hijos a la escuela y tenía una visa sexual activa, lo suficiente para satisfacerla. Quien diría que eso se acabaría muy pronto, ahora se encontraba atada a su cama, todas sus pertenencias tiradas en el suelo, las fotos de su boda rotas, pedasos de vidrios de su espejo, ropa, perfumes y todo lo que podía ser prácticamente caro o valioso emociónalmente, estaba destruido.
Lucas Wilson.
Criminal, enemigo de la infancia. Pasó casi toda su vida encerrado en un reformatorio, una familia desastrosa, desbordado de problemas. Con un plan en mente casi llevado a cabo. Secuestro a la familia de su obsesión, su "amor" y a ella la tenía junto a el, en su cama.
Había pasado un dia desde que la había secuestrado, todo había salido como el lo planeó, sin inconvenientes, sólo eran ellos dos, uno estaba prácticamente allí a la fuerza, el otro nisiquiera podía darse cuenta o recordar ese detalle.
- Fue una gran noche - Dijo Lucas, acababa de despertar, estaba algo adormecido, pero feliz, algo que no había experimentado en mucho tiempo. Quien diría que su felicidad era 100% real. Moly no hizo ruido alguno, estaba llorando aún, miraba hacia la otra pared con los ojos totalmente hinchados con el pasar de la noche, la cadena que sostenía su cuello como un perro de la calle, aún seguía ahí - ¿No te pareció divertida? - Lucas alzó su mano para acariciar de nuevo sus rizos dorados que le gustaban tanto, pero ella sólo movió la cabeza como tratando de librarse de esos toques - Se que fue algo rudo pero, sabes que no lo pude evitar.
Era para el inevitable recordar todo lo que le había hecho a Moly anoche, lo que no había conseguido a los 14 años, lo obtuvo en este momento, se sentía victorioso, como si hubiera logrado el objetivo que tenía desde hace muchos años.
- No me hables - Entre soyosos y una garganta seca, logró pronunciar unas palabras. No había dicho nada en un buen tiempo, sólo lloraba y gemia en silencio, pero toda la rabia que sentía tenía que sacarla en algún momento.
- Es mejor que te hable por que eso te desagrada mas - Sacó una risa, Moly cerro los ojos con mucha fuerza y se enrollo como un gusanito que le tenía miedo a todo. Pero se dio cuenta de que Lucas no había parado de reírse, le decía cosas que la hacían recordar lo que había pasado anoche, cosas que entraron a su mente y tocaron el enojo, después la ira y empezó a acumularse todo. La risa de Lucas parecía estar sonando en su cabeza sin parar, carcajadas y carcajadas, malditas carcajadas. Se cubrió los oídos, pero aunque hiciera eso aun la escuchaba como si en verdad sólo estuvieran en su mente. Contuvo sus grito todo lo que pudo, pero la aguja pincha el globo y todo explotó.
Moly grito tan fuerte que su garganta pareció desgarrarse, se giró en la cama y le dio un fuerte golpe a Lucas en la cara, justo en la mejilla. Lucas nisiquiera pareció inmutarse por eso, sólo la miró por unos segundos como diciéndole: ¿Qué acabas de hacer? Y con una brusquedad que Moly no espero le dio una fuerte bofetada que dejó su cara viendo hacía el otro lado.
Moly lloraba a cada segundo.
- ¡¿Que te pasa?! ¡¿Quieres provocarme muñeca?! ¡No estoy para estas peleas tan temprano! - Exclamó al mismo tiempo que se levantaba para tomarla del cabello con fuerza.
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Jaque Mate [El Juego Final] ©
Teen Fiction• Primera parte:《Mi mejor amigo》 • Segunda parte: Esta No Eres Tu Si, existen corazones podridos, mas que negros, que laten al ritmo del rencor, el desamor, la venganza y la ira. En definitiva que laten solo por odio. Esos corazones son tan incapac...