Narrador omnisciente:
8:30pm
Reformatorio
Lunes, 31 de diciembre:
Los guardias del reformatorio caminaban con rapidez hacia aquella celda, los pasillos de aquel lugar eran sucios, la pintura en las paredes estaba gastada y deteriorada, tanto así que se caía sola, se escuchaban gritos, algunos chicos peleando, golpes y toda clase de cosas que una persona normal no podría soportar.
- ¿Que hay de comer bombosito? - Le pregunto un chico al guardia tras los barrotes de su celda. El guardia detuvo sus pasos, se acerco a el y mantuvo su mirada seria y dura, mientras el chico sonreía como si algo fuera gracioso.
- Para ti... mierda - Y luego continuo su camino, junto a su compañero.
- ¡Te mataré cuando salga de aquí! - Le grito apartandose de los barrotes.
- Cierra la boca - Le respondió el sin nisiquiera mirarlo y el chico hablaba en serio, en cualquier oportunidad que tuviera de poder escapar le cortaria el cuello a ese hombre, por que asi eran los chicos allí. Después de unos minutos de caminata, los dos hombres se detuvieron en una celda, uno de ellos saco su llave y la abrió entrando junto a su compañero.
- Levante Wilson, alguien quiere verte - Le ordenaron a aquel chico sentado en la litera despaldas a ellos, con su uniforme gris, cabello despeinado, allí habían algunas pesas con las que se ejercitaba a diario y con las que consiguió un cuerpo musculoso y fuerte - Wilson - Volvió a gritar el guardia, este se encontraba observabando la pared que tenia en frente muy fijamente, la luz era poca y por eso los guardias no lograban verle la cara muy bien pero si notaron como giro un poco la cabeza hacia ellos y saco una sonrisa perversa.
- ¿A mi? ¿Quien va a querer verme? - Preguntó con algo de humor en su tono y luego devolvió su vista a la pared.
- Es una señorita - Le contesto el guardia, el, al oir aquella respuesta sintió como el corazón le pálpito muy rápido, sus sentidos se activaron y la ola de recuerdos pasaron por su mente - Me dijo que tenía cosas que resolver contigo - Le contó.
- ¿Como es su aspecto? - Inquirío rápidamente.
- Tiene el cabello rojo oscuro, ojos marrones, cuerpo delgado, una sonrisa tentadora ¿Quieres que siga? - El guardia rio a la par de su amigo.
- No - Contesto el y luego se bajó de la cama, camino hacia los guardias y les sonrio perversamente - Llevanme con ella...
Los guardias lo esposaron y luego cada uno lo tomo de un brazo mientras lo sacaban de la celda, caminaron por el pasillo. Por dentro Wilson tenía una pequeña esperanza de que aquella chica fuera alguien que recordaba perfectamente, una chica la cual nunca pudo olvidar, ya llevaba cinco años en aquel reformatorio pero en todo ese tiempo sólo creció su loco amor ella.
Llegaron a un cuarto, este tenía una mesa que separaba la habitación en dos, con un vidrio encima. Esa habitacion solia ser para que los chicos internados en aquel reformatorio puedan comunicarse con sus familiares, ya que después de todo era el mas cuidadoso en seguridad, los chicos allí podían ser peligrosos y algunas veces salvajes, por eso no se arriesgarian a que los vieran sin algún tipo de protección.
Sentaron a Wilson en una silla y luego los dos guadias se colocaron en la puerta para vigilar, por suerte en el cuarto de visitas no habia nadie asi que Wilson espero a aquella visita desconocida. Del otro lado del vidrio apareció la chica, esa chica que habia compartido un pasado con el, esa chica que creia que habia muerto. Pero estába ahí y no era un espejismo. Ella tomo el teléfono para poder comunicarse, era uno de esos antiguos y lo coloco en su oreja, esperando a que el hiciera lo mismo y Wilson no tuvo más opción que hacerlo.
- Hola Lucas... - Sus últimos rastros de esperanza se desvanevieron ya que no era lo que el esperaba, se quedo callado, sin decir ni una palabra - ¿Que? ¿No vas a saludar a tu vieja amiga? - Saco una risita.
- Mariana...
- Por ahora no me llames de ese modo ¿Si? - Le ordenó con furia mirando hacia todos lados. A ella le molestaba mucho que volvieran a decir su verdadero nombre ya que le traía tantos recuerdos horribles.
- ¿Que haces aquí? - Escupió Wilson con rabia, ya que el no olvidaba que ella también debía haber resivido el mismo castigo que el, pero por alguna razón que jamas supo nunca lo optuvo.
- Wou...estas tan guapo ¿Estuviste ejercitando? - Wilson le dio un golpe a la mesa y apretó el teléfono en su mano.
- No me cambies el tema ¡¿Que haces aquí?! - Mariana suspiro y observó a Wilson de una manera pícara, le gustaba su nuevo aspecto y nadie la culpa, ese chico no parecía de 18 años, lucia un aspecto mucho mayor.
- Estoy aqui por que tengo algunos asuntos que arreglar contigo ¿Que te parece si nos vemos mañana en mi casa?
- ¿Que?
- ¿A las tres? Podríamos tomarnos unas cervezas o que se yo, hablar de nuestros planes de venganza - Wilson miro a Mariana de la manera más rara posible - Quizas celebrar el año nuevo.
- Quizás debas cerrar la boca ¡No puedo ir a tu casa! ¡Estoy en la cárcel!
- Primero, no es una carcel es un reformatorio - Le recordo y luego miro hacia todos lados con desagrado - Bueno, en realidad si parece una carcel... - Wilson rodo los ojos - Y segundo, no vas a estar aqui por mucho - Le saco una sonrisa maligna que Wilson recordaba perfectamente pero el solo fruncio el ceño al oir esas palabras y sin poder reaccionar, la puerta que estaba del lado de Mariana, fue derribada, entrando a la habitacion una ola de personas armadas, sus rostros estaban cubiertos por mascaras blancas, dispararon al vidrio, partiendolo por completo, las personas soltaron la mesa acercandose a los guardias de seguridad, disparandoles una y otra vez con una metralladora hasta que sus cuerpos no eran mas que una pila de carne y sangre, Wilson observó a Mariana de pie, su vestido rojo se pegaba a su cuerpo como si fuera otra capa de piel, el sonrio y todo su ejercito se colocó a su lado.
Uno de ellos le paso una máscara a Mariana, esta la observó por unos segundos y luego le dedico una mirada entornada a Wilson.
- ¿Te nos unes a nosotros, Lucas? ¿Si o no? - Se la extendió, este estaba apunto de responder pero luego escucho como mas guardias intentaban derribar la puerta para poder entrar, se tomó su tiempo, hasta que le arrebato la máscara a Mariana y se la coloco.
- Me uno a ustedes - Uno de ellos le lanzo una metralladora y este saco el seguro, justo en ese momento los guardias derribaron la segunda puerta y Wilson no dudo en dispararles a todos con rapidez, gritando como un psicopa demente, gotas de sudor caian por su frente y el sentimiento de venganza empezo a crecer aun mas.
La alarma de seguridad se activó y Mariana estaba segura de que vendrían más guardias de los que ya habían matado.
- Nos vamos - Le ordenó a su ejercito, todos la siguieron, salieron de la habitacion, caminaban por el pasillo matando a quien se les atravesará, dejaron salir a todos los chicos internados en ese lugar haciendo una completa revolución, todos rompían y golpeaban a los guardias realizando la distracción perfecta para que Wilson y ella salíeran de ese lugar, caminaron hacia la limucina negra, la noche caia sobre ellos, un hombre les abrió la puerta y los dos entraron.
En ese momento dos fuerzas completamente diferentes pero con los mismo planes se unieron, el viejo pero permanente rencor creció aun más y los dos sabían que nada los pararía, habían regresado más fuertes que nunca. Mariana tenía planes...
Y estaba segura de que funcionarian, por que después de todo lo que paso. Miró a Lucas y luego la limucina arrancó.
No pensaba fallar otra vez...
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Jaque Mate [El Juego Final] ©
Novela Juvenil• Primera parte:《Mi mejor amigo》 • Segunda parte: Esta No Eres Tu Si, existen corazones podridos, mas que negros, que laten al ritmo del rencor, el desamor, la venganza y la ira. En definitiva que laten solo por odio. Esos corazones son tan incapac...