Jaque Mate [El Juego Final] ©

Capítulo 11: Yo Cerrare La Boca.

Narrador omnisciente:

Un pequeño niño de ocho años, inocente, crédulo, se encontraba jugando debajo de la mesa de una pequeña casa de un barrio pobre. Un mantel cubria el meson haciendo que fuera como un refugio en donde el podia divertirse sin que nadie lo viera, sus manos estaban sucias y lo único que tenia y que hacia llamar "Juguetes" era un avión de papel, latas de cerveza viejas imaginandose que eran edificios, un dinosaurio de plastilina y un sombrero de marinero que había encontrado en el sótano. A pesar de que no era mucho, ese niño era feliz con lo poco que tenia, el usaba su mente e imaginaba que el dinosaurio de plastilina entraba a la cuidad de latas y destruía todo, pero con su avión de papel imaginaba que el era el piloto y debía salvar la ciudad. No había ni un rastro de maldad en su mente.

Su padre estaba en la sala, no estaba bebiendo por primera vez en la semana y eso lo había animado pero no dudaba que lo volvería hacer en cualquier momento. Alguien toco la puerta tan fuerte que hasta logro asustar al pequeño, con rapidez su padre se paro del sillón y camino hacia allí, el quería saber quien era así que medio levanto el mantel y observo atento. La puerta se abrio y el pequeño observo como varios hombres entraron a la casa, se veían peligrosos y el lo sabia, sabia que esos hombres no venían aquí a hablar amistosamente.

Uno de ellos le hablo a su padre, preguntandole por algo que su pequeño cerebro no pudo procesar, ya que era un nombre muy extraño. El padre les dijo que no tenia lo que pedían y que le dieran un poco mas de tiempo pero ellos ya estaban cansados de las estúpidas escusas del aquel sujeto, así que uno de ellos le apunto con su arma y simplemente jalo del gatillo. Acabando con su vida, el pequeño niño de ocho años, se le salieron las lagrimas, ver a su padre, en el suelo, sangre por todos lados lo destrozó. Se escondió bajo la mesa, tapando su boca para que no lo escucharan llorar por que sabia que le podía pasar lo mismo.

De pronto alguien se metió también debajo de la mesa, al principio pensaba que era uno de los hombres malos pero cuando vio la cara de su hermano, su corazoncito se calmo y lo abrazo. El sabia que el era la única familia que le quedaba ya que su madre había muerto hace 3 años. Su hermano le dijo que no hiciera ruido y que se quedara quieto. Se quedaron allí unos minutos, escucharon toda clase de ruidos, vidrios rompiendose, personas abriendo y cerrando gavetas, abriendo puertas. Al parecer esos hombres no se iban a ir sin las manos vacías. Hasta que ya no se escucharon mas ruidos.

Después de eso, llamaron a la policía y en cuanto llegaron, retiraron el cuerpo de su padre y ellos pasaron vivir en un orfanato durante un tiempo. Mientras investigaban si tenían algun pariente que los pudiera cuidar. Pasaron 3 años en ese lugar hasta que por fin una de sus abuelas aparecio, ella había tenido problemas con su padre hace años y se había negado a cuidar sus nietos hasta que algo la hizo cambiar de opinión y se los llevo.

Desde ese entonces el pequeño y su hermano crecieron al lado de su abuela quien ya casi ni podía mantenerse de pie y eso significaba que estaban sin orientación, no tenían a alguien que les exigiera cepillarse antes de dormir, que los exigirá poner atención a sus estudios ¡Nada!. Y cuando llegaron a la adolescencia se fueron por caminos muy malos, el pequeño ya no era tan pequeño, cuando tenia 14 años fue expulsado de la escuela y eso le dio la oportunidad perfecta para irse de la ciudad para siempre, pero para eso necesitaba dinero. Secuestro a uno de sus compañeros de clases y le pidió a sus padres dinero. Pero su plan fallo y lograron atraparlo. Metiendolo en un reformatorio muy lejos de la ciudad.

Desde hay comenzó todo.

El sabia que el mismo se había arruinado la vida desde un comienzo, pero no era solo eso lo que hacia que una rabia feroz creciera dentro de el. Lo que de verdad lo estaba enloqueciendo era una chica que había conocido en tiempos de preparatoria, una chica que desde el comienzo debió ser de el, una chica la cual le arrebataron. Cada noche que pasaba en ese lugar pensaba en ella, se tocaba pensando en ella. Fantaceado con tenerla a su lado, esposada a la cama, desnuda y vulnerable ante de el. Daría todo por solo verla una vez mas, pero sabia que nunca iba a pasar, estaba encerrado en cuatro paredes. Pasaron los años hasta que cumplió sus 18 y lo iban a transferir a una cárcel de verdad para cumplir la condena que habían arreglado para que pasara hasta el ultimo segundo de su vida en ese mugroso lugar. Esa injusticia solo hizo crecer su profundo odio.