CAPÍTULO 7

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Verónica se levantó por el sonido de la ducha. Eran las diez de la mañana, se desperezó y sonrió al recordar la noche con Enzo.  Por lo visto Sandra estaba duchándose, rebuscó entre la ropa  tirada por el suelo, recuperó sus bragas, se las puso y se dirigió a la cocina. Necesitaba un café. Encendió la cafetera, abrió los armarios, cogió dos tazas, siguió buscando hasta encontrar las cápsulas del café y el azúcar, una vez preparado y con su taza en la mano, tocó la puerta del lavabo.

-Tienes preparado café en la cocina.- Se asomó al dormitorio que su amiga había compartido con Lean y vio que allí ya estaba todo en orden, la cama hecha, nada de ropa. Y recordó cómo había dejado ella la suya al salir.

-Me tomo el café y ahora la recojo- pensó.

Fue hacia la habitación o mejor dicho el gimnasio donde tenían la ropa, se paró en la puerta observando toda aquella maquinaria.

-Desde luego debe ser todo un espectáculo ver a estos dos aquí- se dijo.

Entró. Dejó su taza en el suelo y buscó algo que ponerse en las bolsas de ropa que habían comprado el día anterior. Desvió su vista hacia la ventana, parecía que hacía buen día, así que opto por unos pantalones “cagados” azul claro, y un jersey de punto blanco calado con pequeñas mangas que caían sobre sus hombros y  se pondría las mismas deportivas de la noche anterior. Llevaría también una chaqueta tejana, porque allí nunca se sabía. Terminó su café, volvió a dejar la taza en el suelo. Sacó la ropa interior de la maleta, salió de allí para dejar todo aquello en el lavabo, puesto que Sandra ya había salido y estaba disfrutando de su café en la cocina. Se conocían lo suficiente para saber que a ninguna de las dos, le apetecía hablar recién levantadas.

Fue hacia el dormitorio que había dejado hecho un caos. Hizo la cama y recogió la ropa que estaba esparcida por todo el suelo.

-Verdaderamente soy un desastre- se dijo

Volvió al gimnasio, metió todo en su maleta, la cerró como pudo y se dispuso a disfrutar de su ducha.

Una vez arreglada salió a reunirse con su amiga, que estaba en ese momento recogiendo la taza que ella había dejado en el suelo.

-Ups, lo olvidé. ¡Buenos días!- Miró Sandra y le sonrió- Estás muy guapa- Su amiga llevaba un vestido rosa que le llegaba hasta los tobillos y una chaqueta tejana corta,

-Anda zalamera, deja esto en el lavavajillas- dijo entregándole la taza- ¡Buenos días a ti también!- le sonrió siguiéndola hasta lo cocina, donde su amiga hizo lo que ella le había dicho.

-Ehh que ya he hecho la cama y recogido la ropa- Dijo Verónica muy satisfecha de sí misma- Ahhh por cierto tengo que comprarme ropa interior- Recordó llegando junto a su amiga.

-Quizás le podríamos decir a los chicos que nos muestren alguna lavandería para poder lavar la ropa- Propuso Sandra.

-¡Paso de estar horas en una lavandería, con todo lo que tenemos que ver! Mejor vamos de compras que es más divertido. Bueno ¿Qué te apetece hacer hoy? A mí me gustaría ir al museo que al final no pude ver- Puso carita de pena para convencer a su amiga.

Como la noche anterior los chicos no comentaron que tuvieran ningún plan con ellas, éstas aprovecharían el día para ir por su cuenta.

Sandra aceptó la sugerencia, provocando que esta saltara aplaudiendo.

-¡Qué guay! Que ganas tengo de ver ese museo, por lo visto está muy chulo- comentaba Verónica mientras salían.

El museo estaba bastante cerca, así que no tuvieron que andar demasiado para dar con él.

REDESCUBRIRSE.  +18. #COMPLETA#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora