CAPÍTULO 12+1

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Y llegaron las esperadas vacaciones.

Carmen ese año iría con su familia a Cancún.

Mar haría una ruta por Andalucía también con su familia y unos amigos.

Y ellas estaban entusiasmadas por pasar catorce días en Tenerife.

-¡Ohh qué ganas tenía!- Dijo Verónica sentándose junto a su amiga en el avión- dos semanas sin horarios, sin cocinar, sin limpiar. Solo sol y playa.

-Si ha sido buena idea coger la pulsera de todo incluido, nosotras solo a perrear y disfrutar.- Concluyó Sandra.

Habían cogido un hotel a pie de playa en la zona de las Américas, había leído que estaba en una de las zonas más turística en el Sur, puesto que hacía mejor tiempo que en el Norte, aunque aquella zona tuviera más sitios  para visitar.

-No quiero nada de excursiones ehhh- Aclaró Verónica- Quiero estar todo el día en la playa o en la piscina tostándome al sol.

-Hija,  alguna excursión haremos ¿No?-  Preguntó esperanzada Sandra- Tendremos que conocer la isla, ya que estamos allí.

-No vas a convencerme, solo quiero perrear- Contestó.

-Pero a salir de fiesta no me dirás que no ehhh- Amenazó a su amiga dándole con el dedo en el brazo.

-No, de fiesta todo lo que quieras- Rió al ver a ésta saltar y aplaudir en su asiento.

-¿Si? ¡Qué bien lo vamos a pasar!- Y miró por la ventanilla cuando el avión empezó a despegar.- ¡¡¡Tenerife allí vamos!!!- Gritó entusiasmada.

-Hemos cambiado los papeles- Pensó Verónica mirando a su compañera.

Llegaron tres horas después al aeropuerto de Tenerife Sur. 

Se dirigieron a un hombre mayor que sostenía un cartel con el número de autobús que les habían indicado al hacer la reserva, ya que el traslado estaba incluido. Tras dar sus nombres subieron a la guagua, nombre con el que allí llamaban a los autobuses, según les indicó aquel señor y cuando todos los pasajeros habían subido emprendieron el recorrido hasta el hotel de cada uno de los que allí estaban.

Habían cogido dos habitaciones para poder tener intimidad. Nunca se sabía cómo podía presentarse su estancia allí.

Así que ambas se despidieron antes de entrar en sus respectivas habitaciones para dejar el equipaje, ponerse el traje de baño y poder empezar a disfrutar del sol tinerfeño.

Decidieron quedarse en la piscina hasta la hora de comer. El hotel disponía de tres piscinas impresionantes, una cubierta y un pequeño jacuzzi en una zona apartada. Todo aquello se compartía con un hotel colindante. Una de las piscinas estaba pasando por un bar que estaba junto a un enorme restaurante, tenía increíbles toboganes y una zona con castillos para los niños.

Otra en la zona que ellas se encontraban era una enorme piscina en forma de riñón con una pequeña isla en el centro con un pequeño chiringuito rodeado de taburetes de diferentes colores donde servían diferentes cócteles.

Y en un lateral otra rectangular pensada para la gente que quería disfrutar simplemente del placer de nadar haciendo largos.

Pasando una terraza que se encontraba a la izquierda de aquel impresionante lugar y rodeada de palmeras podía disfrutarse de un baño en el jacuzzi con algo de intimidad, aunque dado el número de turistas que allí había parecía bastante improbable.

Y bajando unas escaleras en el interior del hotel se podía acceder a la piscina cubierta.

Tras disfrutar de un baño en la piscina en forma de riñón llegaron a la isleta, enseñaron sus pulseras y pidieron dos piñas coladas. Permanecieron sentadas en los taburetes de aquel pequeño chiringuito con su tejado de ramas. Recorrieron todo con la mirada.

REDESCUBRIRSE.  +18. #COMPLETA#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora