CAPÍTULO 8

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Tocaron a la puerta de una enorme casa que estaba a las afueras y un chasquido les indicó que estaba abierta.

Ella miraba recelosa aquel lugar. ¿Dónde la había llevado? No había ningún letrero en la puerta, ni nada que indicara donde estaban.

Entraron y recorrieron un camino rodeados de un enorme jardín. Una puerta de cristal mostraba la entrada de aquel lugar. Al entrar todo estaba en penumbras.

Un hombre trajeado dio la mano a Enzo y los dos comenzaron a hablar. El aparato que él llevaba en la oreja le indicaba que era portero o seguridad de aquel lugar. Enzo apoyó una mano en la espalda de ella y la guió unos pasos más adelante, donde una chica despampanante con un vestido que dejaba ver su ropa interior, pidió sus abrigos.

-Deja también el bolso y el móvil- Indicó Enzo, metiendo dentro del bolso su cartera y su teléfono.

-¿Pero si dejamos aquí las carteras como pagaremos las consumiciones?- Preguntó extrañada Verónica.

-Se paga todo al final- Aclaro éste, recogió el papel que la chica le entregó con el número de la percha donde habían dejado sus pertenencias y una pequeña pulsera con una llave y un número- La mirada de Verónica lo seguía curiosa- Cargan todo en este número y cuando salgamos pagamos la entrada y las consumiciones.

Ella asintió, miraba aquel sitio con miles de preguntas en su cabeza. En aquel lugar se palpaba la intimidad. Una figura de un gran Buda al lado de un arco llevaba a la barra donde había varias parejas sentadas.

-¿Qué quieres tomar?- preguntó Enzo sentándose en un taburete.

-Un whisky con coca cola- dijo ella tomando asiento también.

-Rubia, ¿tú no sabes que aquí en Escocia el whisky lo llaman "agua de vida"?, está prohibido mezclarlo con nada. Aquí se toma solo- Explicó con una media sonrisa.

-Entonces un ron cola ¿Está mejor?- Contestó ésta.

-Muchísimo mejor, así no ofenderás a ningún escocés.- respondió este riendo.

Pidió a la chica que estaba en la barra el cubata de Verónica y un whisky para él.

En ese momento la mujer que había recogido sus abrigos, se acercó a ellos y comenzó a hablar con Enzo, vio que él negaba con la cabeza y ella se despidió apoyando la mano sobre su hombro y dándole un ligero beso en los labios.

Ver aquello enervó a Verónica. Preguntó.

-¿Qué quería esa?- bebió de su cubata una vez se lo sirvieron.

-Me preguntaba si quería que ella te mostrara el local, pero prefiero hacerlo yo- contestó.

-Veo que es amiguita tuya- Soltó sin poder contenerse, moviendo su bebida con la cañita.

-Si, la conozco hace años- contestó él sin agregar nada más.

-¡No puedo creerlo, estoy celosa!- pensó Verónica.

-Bueno vas a decirme ¿Dónde me has traído?- Preguntó recorriendo todo nuevamente con la mirada y sorprendida abrió los ojos como platos al ver que sobre ellos había una gran pantalla de televisión en la que se veía una película porno.

-Tranquila, lo descubrirás por ti sola- Contestó él- Si me acompañas te hago un tour por este lugar- le ofreció su mano- Solo decirte que si en algún momento te sientes incomoda nos marchamos ¿De acuerdo?

Aquella aclaración llenaron de más preguntas su mente, pero sentía muchísima curiosidad, así dándole su mano se dejó guiar.

-Verónica que la curiosidad mató al gato- se dijo, pero no cambió de parecer.

REDESCUBRIRSE.  +18. #COMPLETA#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora