CAPITULO 15

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Unos golpes en la puerta la despertaron, le dolía muchísimo la cabeza ¿Cuántos mojitos y chupitos había tomado? Nuevamente los golpes que retumbaron en sus sienes, la hicieron maldecir.

¡Joder Sandra! Déjate de excursiones que ahora solo quiero....

Se quedó pasmada al ver a la persona que estaba tras la puerta, no dejaba de parpadear para aclarar su vista ¡No era posible!

¡Yo también me alegro de verte!- Dijo la voz ronca de Enzo y tras mirar el aspecto de aquella, añadió- ¡Vaya juerga te pegaste anoche!.

Era incapaz de hablar, de moverse, solo el martilleo que sentía en su cabeza y en el corazón le demostraba que estaba despierta.

¿No me invitas a entrar?- Apoyó las manos sobre los hombros de esta y haciéndola entrar cerró la puerta tras él.

¿Pero qué haces tú aquí?- Logró articular.

Te echaba de menos- Dijo él sin más.

Y ella se lanzó a sus brazos. Había echado tanto de menos aquella boca.

Habían anhelado tanto sus labios, sus caricias, que sobraban las explicaciones, las preguntas, las respuestas; solo importaba el deseo de aquellos cuerpos hambrientos, su pasión.

Se desprendieron de sus ropas arrancándolas prácticamente en la desesperación de volver a sentirse, el contacto que tanto habían añorado, de amarse.

Repitieron sus nombres una y otra vez, perdidos en aquella vorágine de sentimientos y se olvidaron de todo, incluidos sus miedos.

¡Cuánto te he echado de menos rubia!- Exclamó él besándola en el pelo. No le importaba mostrar realmente lo que sentía.

Y yo- contestó ella cerrando los ojos, de nada servía mentir, sus cuerpos habían hablado por sí solos. - Ahhh muchachote, después recuérdame que tenemos que pasar por la farmacia, nos hemos emocionado demasiado y hemos olvidado la gomita- Ni siquiera aquello le importó, sabía que él era bastante cuidadoso y aquello no le nublaría la felicidad que sentía en aquel momento.

Lo siento- Contestó él sin moverse, sin dejar de acariciarle el pelo, la espalda simplemente disfrutando del contacto de sus cuerpos.- Al tenerte entre mis brazos no he pensado en nada más.

De pronto el estómago de Verónica hizo acto de presencia haciendo un ruido increíble.

Últimamente mi estómago tiene la costumbre de hacer esto en los momentos más inoportunos- Y explicó lo sucedido en el ascensor y la reacción que tuvo Sandra, provocando la risa de éste al imaginar aquella situación.

Pues pequeña vamos a alimentar a esa pequeña fiera interior- Bromeó, mordiéndole la cintura, la barriga, provocando las carcajadas de ésta.

Como el comedor estaba cerrado decidieron ir al pequeño bar que estaba en la piscina, donde servían también algo de comer.

No dejaron de besarse, tocar sus manos y mirarse, ninguno de los dos querían perder ese contacto tan anhelado.

¿Cómo has sabido que estaba aquí?- Y tras pensarlo un momento dijo- Airam ¿no?.

Enzo asintió.

Sí, quedamos antes de que él viniera a las islas, y como sabía que yo cerraba por vacaciones, en cuanto os encontró no dudó en llamarme.- Explicó.

¿Y por qué has venido?- Preguntó ella aún sin estar muy segura de si quería escuchar la respuesta.

¿Es necesario que lo diga? Pensé que era bastante evidente- contestó éste mirándola fijamente. - No puedo olvidarte Verónica- Contestó sin más, esperando que ella no volviera a salir corriendo- Lo he intentado lo juro. Pero no puedo. ¡Me has vuelto loco rubia!- Cogió sus manos y aclaró- No sé dónde nos llevará esto pequeña, sé que es prácticamente imposible, pero no puedo dejar de pensar en ti.

REDESCUBRIRSE.  +18. #COMPLETA#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora