CAPÍTULO 9

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Verónica se desperezó y se quedó mirando la ventana. Estaba lloviendo a mares y su humor estaba exactamente como el día.

Fue a la habitación de Lean donde Sandra estaba en la cama observando también la lluvia.

-Buenos días- saludó al verla

-Buenos días- dijo Verónica acurrucándose al lado de su amiga.

-Hoy poco vamos a hacer- observó Sandra.- Debe hacer un frío que no veas, mira lo negro que está.

Las dos permanecieron un rato acurrucadas, escuchando y viendo la lluvia que con el aire pegaba en las ventanas.

-Me ha dicho que se está enamorando de mí- soltó Verónica apoyando la barbilla en el hombro de su amiga.

-¿Quién?- Preguntó Sandra parpadeando.

-¿Cómo qué quién? Enzo, tía- contestó dándole un ligero manotazo en el brazo.

-Ostras que me has pillado desubicada, no puedes soltar algo así de golpe- Se giró quedando tumbada frente a ésta.- ¿Y qué vas a hacer?- preguntó.

-Evitarlo hasta que salga el avión- bromeó Verónica-. No.  No  lo sé, Sandra. No quiero hablar con él de esto, pero tampoco puedo estar así. ¡Que estoy en su casa! ¡En su cama!

-Tienes que hablar con él ¿Lo sabes, verdad?- Su amiga asintió- Aunque no entiendo muy bien por qué estás así, dile que no sientes lo mismo y ya está, que te vas en unos días y que disfrutéis de lo que queda y ya. ¿Cuál es el problema?

Verónica permaneció callada y entonces comprendió.

-Ahhh ya veo, tú también has empezado a sentir y te has “cagao”.

Verónica escondió la cabeza bajo la almohada, dándole la respuesta a su amiga.

-¿Pero qué me pasa? Nos vamos en tres días, no puedo sentir nada por él. Esto es un enchochamiento y ya está, no le voy a dar más vueltas. - dijo sentándose y cruzando las piernas sobre la cama- Hablaré con él y los dos entenderemos que esto es solo una aventura y ya- dijo para convencerse a sí misma.

Sandra la miraba sin interrumpirla. Conocía a su amiga, pronto volverían a Barcelona, y todo quedaría en un recuerdo nada más.

-¿Qué te parece si perreamos viendo la tele, después salimos a buscar algún sitio con comida para llevar y si no cambia el tiempo, seguimos perreando?- Propuso ésta.

El ánimo de Verónica cambió ante la propuesta de su amiga.

-Vale pero buscamos un sitio de comida tailandesa, muero por un Pad Thai.

Las dos saltaron de la cama, se dirigieron a la cocina, sacaron algunos dulces para desayunar que los chicos seguramente habían comprado para ellas, porque aquellos no tenían mucha pinta de comer esas cosas. Después de prepararse una gran taza de café se pusieron frente al televisor a disfrutar de su desayuno.

Allí permanecieron tiradas hasta casi la hora de comer. Se estiraron y decidieron cambiarse para ir a buscar la comida. Habían buscado los sitios de comida tailandesa y uno no se encontraba muy lejos, así que Verónica decidió que ella saldría a buscar la comida y Sandra se encargaría de hacer las camas y recoger.

Entenderse con la mujer del restaurante Tailandés fue toda una odisea, pero finalmente lo consiguió, pidió un poco de todo y ya. Salió contenta con su pedido.

Llegó empapada y helada, aunque había llevado chubasquero, a causa del aire que hacía y de la fuerza de aquella tormenta logró calarle. Así que corrió a darse una ducha calentita y se puso unas mallas y una sudadera.

REDESCUBRIRSE.  +18. #COMPLETA#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora