CAPÍTULO 16

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Sandra y Airam volvieron a pasar horas en la habitación de ésta. El sexo con aquel hombre era increíble.

-Uff, voy a darme una ducha- dijo Sandra levantándose de la cama y dirigiéndose hacia el lavabo.

Airam contemplaba su cuerpo desde la cama.

-No me mires así- rió ella- Al final te vas a convertir en una adicción- Y desapareció tras la puerta.

Éste al escucharla fue tras ella y se apoyó en la entrada del lavabo.

-Mi niña no quiero que pienses mal, pero no quiero ni puedo mentirte- comenzó a hablar mientras ella abría los grifos del agua- No quiero nada serio.

Ella lo miraba mientras comprobaba la temperatura del agua, pero no dijo nada.

-Nunca he buscado una relación, paso mi tiempo entre Edimburgo, convenciones y cuando dispongo de algo de tiempo es para venir a ver a mi familia, he incluso así es porque he abierto fechas aquí, para tatuar- Esperaba que ella no se enfadara por aquello, pero tenía que aclararlo antes que pudieran complicarse las cosas.

Ella lo miró sonriendo.

-Y ¿Por qué crees que yo podría querer otra cosa?- Se metió en la ducha sin esperar que él contestara.

Al salir comprobó que él seguía en la puerta esperando y explicó.

-Airam he estado prácticamente toda mi vida con el mismo hombre. Hace apenas unos meses he empezado a salir y disfrutar de lo que es realmente el sexo- Secaba su cuerpo ante la mirada atenta de él.- No tengo intención de liar mi vida nuevamente a otra persona. Quiero experimentar, divertirme, vivir- Se acercó al hombre que estaba a pocos pasos de ella, lo besó y con su mano cogió el miembro de él y comenzó a acariciarlo. Sonrió al sentirlo crecer entre sus dedos.- Espero que no te importe ser mi hombre objeto- bromeó ella riendo.

Él agarró sus nalgas acercándola a su cuerpo y devoró sus labios. Cogió su labio inferior con los dientes estiró y se apartó unos centímetros.

-Al contrario, me encanta mi niña, experimenta todo lo que quieras conmigo- la cogió en brazos, la llevó hacia la cama y la lanzó sobre ella haciendo que ésta rompiera en carcajadas.

-Quiero ver cómo te masturbas cuando estás sola, quiero que me enseñes tus juguetes y verte disfrutar con ellos- Propuso él.

-No tengo- contestó ella sentándose en la cama, él la miró levantando una ceja.

-¡No me lo creo!- Se sentó a su lado y ambos quedaron frente a frente con sus piernas cruzadas- ¿No tienes aquí? ¿No has traído?

-No, no tengo- aclaró ella- Nunca he usado, mi marido pensaba que era para sustituirlo y la verdad a mí me daba un poco de vergüenza ir a comprar.

-Eso hay que solucionarlo. ¡Vístete!- Saltó de la cama y corrió a darse una ducha, ante la mirada de sorpresa de ésta.

Mandó un mensaje a Verónica diciéndole que pasaría el día con Airam, sabía que Enzo estaba allí, así que estaba segura que a su amiga no le importaría.
Se arregló rápidamente, se puso un vestido corto sujeto al cuello y unas sandalias. Una vez él también estuvo listo, salieron a hacer algunas compras.
Nada más salir del hotel pararon a desayunar.

-No puedo creer que jamás hayas utilizado juguetes. Tu marido era un imbécil, perdona que te lo diga- Opinó y dio un sorbo a su café.

-No te preocupes, es la verdad. Según Verónica, un capullo- rió.

-Pues no hagas planes para hoy, que quiero mostrarte cómo disfrutar del sexo con algunos juguetes- Los ojos de ella se encendieron por aquellas palabras.

REDESCUBRIRSE.  +18. #COMPLETA#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora