AMOR U OBSESIÓN

16 4 0
                                    

Pasaron tres días desde la primera vez que vi a Eiden, y debo admitir que estuve pensando bastante en él, en aquella mirada que se quedó en mí desde el suceso de la cocina, y más porque fue demasiado extraño su comportamiento en ese preciso momento, cuando acababa de conocerme, cuando era la primera vez que entraba a mi casa y cuando se supone que únicamente iba solo para realizar un trabajo escolar con mi hermano.

Esos tres días me dieron tiempo para pensar en ¿por qué estaba sentado en silencio en la cocina?...algo me dice, tal vez es un sexto sentido, que me estaba esperando porque no hizo ningún ruido cuando entré y no tenía preparado el vaso de agua que supuestamente buscaba.

Aunque no me gustaría seguir haciendo especulaciones erróneas y marañas en mi cabeza por su culpa. Es más, ni siquiera debería de haber pensado en él, pero era casi imposible no hacerlo.

Cuando salí de la escuela, me dirigí a la estación del autobús junto a algunas de mis compañeras que toman la misma ruta que yo para poder llegar a casa.

Mientras tenía fija la vista en la ventana del autobús, identifiqué un rostro familiar en cuestión de segundos. Lo encontré en un parque de juegos cerca de donde yo vivía, parecía estar muy concentrado haciendo abdominales y llevaba consigo a varios de sus amigos, pero entre ellos no estaba mi hermano.

Me bajé en la esquina más próxima para llegar a casa, pero debía de cruzar por aquel parque forzosamente, así que con valor me acerqué disimuladamente fingiendo que no conocía a nadie del grupo, pero él me reconoció a larga distancia.

-¡Eee Vianey!- gritó mientras me saludaba de lejos.

Oooo rayos, ya me vio ¿Y ahora qué hago? Ya sé, seguiré por mi camino como si no lo hubiera escuchado...no, no, no, mejor no, pensará que lo ignoré al propósito y me odiará, no quiero que me odie y menos porque apenas nos conocemos, pero ¿cómo pudo reconocerme tan pronto?  ¿a caso tiene instintos de detective o qué? 

Con toda la pena que una chica puede sentir, fui hacia su grupo de amigos, sentí que con cada paso mis fuerzas disminuyeron pero intenté parecer fuerte, así que cuando llegué lo saludé lo más natural posible.

-¡Hola! Vaya sorpresa encontrarte aquí.

-Este es uno de los parques que me gusta visitar y aquí hice otros amigos, te presento a Luke, Henry, Gerald y Beca.

Todos ellos tenían un físico sorprendente igual que Eiden y se notaba que eran chicos con una seguridad casi palpable porque ninguno de ellos tenía la camisa puesta, dejaban lucir sus músculos y no les importó que yo estuviera presente, todo lo contrario, parecía como si las miradas de las personas que pasaban por ahí (incluyendo la mía) aumentaran progresivamente su orgullo.

Luke era un chico al parecer muy alegre, su simpatía se podía notar a simple vista, tenía el cabello rubio, los ojos grises verdosos, una perforación en la comisura izquierda del labio y en su pecho un collar de una flecha que hacía resaltar su tatuaje de golondrina.

Henry era muy diferente a Luke. Él era un chico con el cabello negro al igual que sus ojos y también más alto que los demás, tenía una barba que abarcaba la banda de la barbilla, llevaba un collar con un colguije de plumas plateadas que le daban un toque de sensualidad. Podría asegurar que él era "la cabeza" del grupo. 

Gerald  fue el que tenía una apariencia que expresaba ser menor a todos los demás, yo calculo que tenía aproximadamente mi edad porque su cara era bastante inofensiva a comparación del resto; sus ojos eran azul grisáceo y su cabello castaño un poco largo con flequillo de lado, además, tenía un collar muy similar al de Luke y Henry pero el suyo era de unas alas de ángel. Por un breve momento pude percibir un brillo en sus ojos que jamás había notado cuando una persona me miraba.

Primera advertenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora