CONTRATO DE AMOR

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Sobra decir que llegué tarde a la escuela y que todo ese día me la pasé pensando en el acontecimiento de esa mañana en la puerta del baño y en lo que pasó en el día anterior, ni siquiera pude concentrarme completamente en los trabajos que debía entregar ése día, así que mis calificaciones no fueron las que esperaba, hasta un profesor me preguntó si necesitaba salir un momento del salón para que me lavara la cara y cuando volviera prestara más atención a lo que hacía en clase.

Al salir de la escuela recibí una llamada de un número desconocido, la primera vez que sonó mi celular decidí no responder porque en primer lugar no estaba de muy buen humor, en segundo lugar mi teléfono solo lo conocen las personas que yo conozco y en tercer lugar ése era el número de un posible extorsionador, así que preferí ignorar la llamada, pero siguió sonando otras 9 veces más, hasta que por fin atendí.

-¿Hola?...

-Vaya que eres difícil de encontrar ¿Deberé ser así de insistente siempre?...

-¿Quién eres y cómo conseguiste mi número de teléfono?

-Aaaa, aún no me reconoces, bueno tal vez te refresque la memoria un roce cercano que tuvimos tú y yo, específicamente el baño para dos. Y sobre el número de teléfono, tengo mis influencias.- Enunció con aire de grandeza -Llamé para devolverte algo que perdiste en nuestro encuentro de la mañana y tratar un asunto que tenemos pendiente, pero si no quieres está bien, chao.

-¡Espera!- le dije con desesperación.

-Bien, nos estamos entendiendo. Te veo el viernes en el café de la calle 18 a las 8:00 pm, por favor no faltes.

Justo en ese momento Eiden me colgó el teléfono, volví a llamar, pero apagó el móvil para evitar que lo molestara.

Ummm chico listo, solamente me has puesto un anzuelo para morder y yo caí redondita.

****

Llegó por fin el viernes, gracias al cielo un descanso de la escuela, así que fui a casa para dejar mis cosas, hacer la tarea pendiente, comer y dormir un poco.

Puse una alarma a las 6:30 pm para poder darme una ducha y que me diera tiempo de cambiarme de ropa y salir de casa para llegar a tiempo al café. Decidí ponerme un vestido casual de mezclilla un poco ajustado y un par de tenis negros con una chamarra de cuero, mi cabello lo dejé suelto porque sinceramente no me gusta hacerme peinados y tomé un bolso pequeño.

Me pareció extraño que al bajar las escaleras del cuarto, mi hermano no estuviera en casa, así que lo llamé a su teléfono, pero mandó a buzón de voz. Le dejé una nota pegada en el refrigerador que decía.

Regresaré en unas horas del café 18, llevo llaves de casa. 

Te quiero

Finalmente, salí de casa a las 7:30 pm y pedí un taxi. Cuando llegué al café ya eran las 8:00 pm, así que me pareció extraño no ver a Eiden, únicamente se encontraban dos parejas muy melosas en las mesas del fondo del establecimiento, tomados de las manos.

Me sentí fuera de lugar ¿Acaso es esto una cita o un lugar romántico? Comencé a hiperventilar y mis manos se pusieron frías, los meseros notaron mis nervios y para tranquilizarme un poco les pregunté por un chico de ojos azules de gran estatura y me respondieron que aún no habían visto a nadie con esas características por ahí.

Tomé asiento en una de las mesas y me quedé observando alrededor, tal vez me había equivocado de restaurante, el día o la hora a la que quedamos de vernos. Estuve esperando media hora en el restaurante, con los nervios de punta y como no soy una persona muy paciente me desesperé tanto que me arrepentí de haber ido y haber hecho caso a las complacencias de Eiden, pero cuando estaba por levantarme e irme del lugar, él entró por la puerta.

Primera advertenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora