ROJO CARMÍN

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Cuando salimos de la tienda de discos me di cuenta de que había pasado apenas una hora, así que pensé que podríamos seguir disfrutando del tiempo que nos quedaba juntas el resto del día.

Justo al pasar por una tienda de ropa, me quedé mirando un vestido color rojo carmín que se mostraba en un maniquí, era en verdad hermoso.

Por un momento lo miré, imaginé que yo lo vestía, pero no se me ocurrió ninguna ocasión para usarlo porque jamás salgo a fiestas, ni a sitios de gala, es decir, soy de ropa realmente sencilla, siempre uso pantalones de mezclilla y sudaderas, nada sobresaliente, procuro nunca mostrar piel de más, sobre todo por aquellas miradas que carcomen, que se sienten aunque no las estés viendo directamente, pero que percibes sobre ti. No sé si a otras personas también les pasa lo mismo que a mí, pero no es una sensación muy agradable, todo lo contrario. Gracias a eso no tengo muchos vestidos ni faldas, tampoco uso escotes ni ropa demasiado ajustada, pero pensé que podría ser tiempo de cambiar eso, había llegado el día, ya estaba cansada de tener que cargar con todas esas miradas ajenas, con todos los comentarios que me hacía la gente sobre mi cuerpo que tanto odiaba –Estás plana, -Eres una nadadora, nada por aquí, nada por allá-. ¿Qué demonios les importa lo que yo vista? Como si ustedes fueran perfectos de pies a cabeza, como si ninguna mujer tuviera derecho a usar un vestido rojo si no tiene las medidas 90, 60, 90.

¡No! Así no son las cosas, las prendas de vestir están hechas para VESTIR, sin importar el cuerpo que yo tenga, sin importar cuántas cicatrices o estrías se marquen en mi piel, el volumen de mis pechos o el ancho de mis caderas, sin importar el murmullo de las voces que me rodearan, yo ya estaba decidida a usar ese vestido rojo carmín. ¿Y la ocasión para usarlo? Cualquier día sería perfecto.

-¿Podríamos pasar a esa tienda? Quiero comprar el vestido- les dije a todas mientras señalaba el maniquí.

Zu: -Chi, es lindo. ¿Te lo vas a probar?

Lin Lin: Te quedará muy bien Vi.

Momo: Siiii lo mismo digo.

-No quisiera en realidad, en las tiendas casi no me agrada ponerme la ropa que voy a comprar, casi siempre voy de entrada por salida- Respondí a Zu.

Zu: Por si las dudas deberías pasar a probártelo para que arreglen el largo y no tengas que venir a cambiar de talla.

-Tan precavida como siempre Zu, tienes razón, me lo probaré primero- Entré a la tienda y una de las asistentes me atendió con mucha amabilidad. Me percaté de que era una tienda de ropa bastante amplia, con mucha variedad en los diseños tanto masculinos como femeninos, incluso había algunas prendas que consideré sin género, además, creo que por primera vez me sentí cómoda porque no solo se veían los típicos modelos de delgadez femenina, había muchos otros que definitivamente no tenían "estándares" o estereotipos.

-Buenos días, bienvenidas ¿Hay algo en que pueda ayudarlas? Estoy para servirles. Cada uno de nuestros diseños es libre porque estamos abiertos a la diversidad corporal de nuestros clientes, implementamos una nueva variedad en las prendas para que se sienta cómodo con lo que decida usar.-

-Se lo agradezco, de hecho lo noté recién entrando a la tienda, me llamó la atención ese estilo, creo que a partir de ahora vendré aquí, pero por ahora me gustaría probarme el vestido que está en exhibición en la parte de afuera, es el rojo carmín.-

-Por supuesto, ¿Qué talla le gustaría probar?-

-Largo por favor- Respondí.

–Claro, en un momento se lo llevo al probador- Me indicó mientras me daba una tarjeta con un número que indicaba a dónde debería ir.

Primera advertenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora