Capitulo 4.

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Al día siguiente me desperté animada, hice lo cotidiano, me aliste y baje para ver cómo se encontraba el moreno

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Al día siguiente me desperté animada, hice lo cotidiano, me aliste y baje para ver cómo se encontraba el moreno. Al estar en la sala me encontré que los dos chicos desayunaba animadamente, suspiré con alivio al observar que Alberto estaba mucho mejor el día de hoy.

— Buenos días cariño — Saludo mi tía — .

— ¡Buenos días ______! — Hablaron ambos con alegría — .

— ¡Gracias a ti y a tu tía, me siento mucho mejor! — Me dijo el moreno, mientras me sentaba a su lado — .

— De nada, me pone feliz saber que ya estás mejor

Me compartió una linda sonrisa y un sonrojo que acompañaba a la perfección con sus pecas. Terminamos de desayunar, los tres salimos directo a la casa de Giulia para poder seguir con el entrenamiento, está vez Alberto debía de probar las pastas que la chica estaba preparando.

— No veo la hora de poder derrotar al pez gato — Dijo alegre el moreno — .

— ¡Si! Ya quiero ver su cara — Siguió está vez Luca animado

— Será pan comido, solo imagínense que estará con una cara de desagradó — Hice la imitación de como sería su rostro en esos momentos — .

— ¡Si estará así! — Alberto siguió mi acción está vez con sus brazos cruzados y encogiéndose de hombros

Luca y yo reímos por lo divertido que se veía en esos instantes.

— ¡Chicos! — Giulia nos saludaba desde la lejanía. Todos corrimos para así poder llegar al lado de la chica — Me alegro que estén bien — Le dió un leve puño a Luca — .

— ________ fue muy amable en ayudar  Alberto — Luca le dió una sonrisa a la de cabellos rojos

— Creo que das muchos problemas — Habló burlesca mientras observaba al ya mencionado

Él solo volteo su rostro con indignación, me acerque a él apoyando mi mano en su hombro, a lo  que se relajó y sonrió.

— ¡Bien! ¡Ya tengo todo listo! ¡Vamos!

Todos seguimos a Giulia, al entrar nos pidió que emplataramos las diferentes pastas que había preparado.

— ¡Tantas pastas! — Habló con sorpresa Alberto — .

— ¡Nunca sabes que podrá ser está vez! ¡Podría ser! ¡Espaguetis
Tagliatelle, tallarines, Vermicelli, Macarrones, Farfalle! ¡Todo es posible!

El chico tomo con su mano la pasta que había en la plato — ¡No! ¡Tendrás que tomarlo con un cubierto! son las reglas — Dijo Giulia pasándole uno

— ¡Los cubiertos son para gente refinada! — Se quejo el chico al no poder tomar la pasta con aquel untensilio

— Que tal . . . — Tome el tenedor que tenía en sus manos — Haces esto y. . . — Le mostré como podía enrollarlo — Es mucho mejor — Le entregué de nuevo el objeto — .

𝘼𝙢𝙤𝙧𝙚 𝙈𝙖𝙧𝙞𝙣𝙤 [Alberto y Tu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora