𝘼𝙢𝙤𝙧𝙚 𝙈𝙖𝙧𝙞𝙣𝙤 [Alberto y Tu]

Capitulo 3.

A penas estaba amaneciendo en el bello pueblo de Portorosso podia apreciar como el hermoso sol salía entre las nubes; me encontraba ayudando a mi tía a recojer unos pedidos que habían llegado ese día.

— Solo faltan estos cariño ¡Oh! Y esa de ahí — Habló ella mientras entraba dos cajas — .

Tome el costal de harina que estaba en el suelo, pero después escuché el ruido del tintineo de una bicicleta, dejé de nuevo lo que llevaba en el piso, para así poder apreciar de quién se trataba.

— ¡Ciao ________! — Saludo el pequeño Tomy — .

— ¡Ciao! — Le devolví el saludo — ¿Vienes por el pan de siempre?

— ¡Si! — Hablo el pequeño con alegría

Me adentre a la casa para poder sacar el perdido cotidiano del menor.

— ¡Grazie! — Agradeció para después darme las monedas — ¡Oh! Casi se me olvida — El chico busco entre su maleta — Toma — Me entrego una hoja — Darán una recompensa

Observé el papel entre mis manos, en el se apreciaba un . . . ¿Mounstro marino?

— ¡Nos vemos! — Dijo el niño despidiéndose con la mano

Le devolví el gestó para así poder regresar mi mirada a la figura que estaba plasmaba en el papel, lo guarde en mi bolsillo para después volver a tomar el saco que quedaba. Entre de nuevo a la casa y deje el costar apoyado en la pared.

— ¿Le entregaste el pedido al chico Tomy? — La voz de mi tía me hizo salir de mi trance

— Si. . . Si de hecho acaba de irse . . . — Hablé algo distraída. Saque de nuevo la fotografía y con cautela me acerque a mi tía para poder cuestionar lo que había escuchado  — Me preguntaba si. . . Ya sabías de esto — Le pase la imagen — Están diciendo que darán una recompensa

— ¿Por encontrar esto? — Dijo mirando la imagen — .

— ¡Si! Pero es absurdo, eso no existe, seguramente alguien se disfrazó para llamar la atención de que habían mounstros por estás aguas — Hablé más calmada — .

— Déjame ver si entendí ¿Crees en un pulpo gigante, pero no en mounstros marinos? — Pregunto ella

— Técnicamente, se llama Kraken, y si, creo en ellos, porque si hay pruebas de que existieron, o bueno. . . Eso quiero creer. . . ¡Pero vamos! Quien cree en un monstruo, es algo tonto — dije mientras desviaba mi mirada y me cruzaba de brazos

— Pienso que si existe un pulpo gigante, también puede existir un mounstro marino — Dijo entregándome de nuevo la fotografía — Ya sabes querida vedere per credere e vivere per vedere — Hablo mientras se iba a la parte tracera de la casa

Me quedé pensando, en realidad ¿Existen? Y si son de verdad ¿Son buenos? Creo que de tanto tener preguntas me explotará el cerebro.

Después de aquella reflexión, ayude acomodar todo lo que había llegado; minutos después pedí permiso para poder ir con Giulia y los demás a entrenar para la gran carrera, aún era temprano, así que no había prisa de llegar. . . Mientras bajaba las escaleras de uno de los senderos, una voz totalmente reconocible llamo.