𝐌𝐚𝐤𝐞 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐛𝐞𝐝❜ || 𝐊𝐒𝐌 | 𝐘𝐉𝐈 ||

📜|| 𝐙𝐄𝐇𝐍

⚠︎ tw¡! desorden alimenticio. 

Alimento.

Cuando pienso en comer, la última palabra que se me vendría a la mente es "conflicto", o cualquier cosa relacionada a caos; pero cuando se trata de mi novio, debo pensar todo lo contrario.

 Al inicio, pensaba que le daba pena comer frente a otras personas. 
Cuando la relación iniciaba me daba por llevarlo a citas en restaurants o cafeterías, llegué a pensar que daba un ambiente romántico a la situación; sin embargo, tuve que aprender que era mala idea cuando finalmente lo invité a mi casa por primera vez.

Nunca se me ocurrió que por su cabeza, pudiera estar pasando un remolino de ideas, todas negativas, que se clavaban como dagas en su mente insistiéndole que me haría daño; que me lastimaría de la peor forma posible si tan solo me decía "no quiero ir a comer", él no sabía que la frase, podía llevar un "y no es por ti", y quizá las cosas se hubiesen desarrollado de otra forma. Pero ya era tarde, I.N. estaba ahí, arrodillado frente al retrete mientras me pedía perdón por ser incapaz de disfrutar la comida que le preparé.

— Perdón... – soltaban sus labios entre lamentos ahogados y débiles a causa del reciente vómito.

— ¿Por qué no me dijiste que te sentías mal? 

Y es que quizá, yo era muy distraído, porque sus ojos me miraron con un brillo que gritaba "no es eso", sin embargo, él volteó el rostro y negó con la cabeza, antes de dejar salir otra arcada.
Me acerqué despacio por detrás y de la misma manera, reposé mi cuerpo junto al suyo; una de mis manos se dirigió a su cintura, apretando suavemente su estómago para que ese malestar lo dejara en paz, la otra se encargó gentilmente de acariciar su cabello y espalda mientras le repartía pequeños besos en la nuca diciéndole que ya pasaría, que él estaría bien. 

Habrán pasado unos cuantos minutos en los que se quedó ahí sentado sin reacción alguna, bajó la cadena y solo contemplaba el agua en el inodoro; o probablemente, ni siquiera lo hacía.  Seguro estaba pensando algo que me es difícil comprender, pero que debía ser parecido a cómo iba a explicarme lo que acababa de pasar. Porque claro, sus ojos acababan de admitir que realmente no se sentía mal, ¿cómo explicas entonces el asco? 

Traté de llamarlo, después del segundo timbre de mi voz haciendo eco en el cuarto de baño, pude admirar cómo sus manos temblorosamente se dirigían hacia su rostro; pronto, su linda figura antes completamente estática, se sacudía violentamente presa de los espasmos.

— Innie, ven aquí corazón – hablé extendiendo mis brazos a él, mientras apretaba mis manos como si estuviera llamando la atención de un bebé. De alguna forma extraña, funcionaba con él.

No quería venir, el hecho era algo obvio; se hallaba avergonzado y podía escuchar ligeros sollozos de su parte. Suspiré algo resignado y lo tomé por los hombros; con la mayor delicadeza del mundo lo giré en mi dirección, colocando mis piernas en posición de loto mientras daba ligeros toques en su espalda y hombros animándolo a colocarse encima de ellas, y cuando tuve las suyas enredadas en mi cintura, aprisionándome, tomé sus muñecas con sumo cuidado.