𝐌𝐚𝐤𝐞 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐛𝐞𝐝❜ || 𝐊𝐒𝐌 | 𝐘𝐉𝐈 ||

📜|| 𝐍𝐄𝐔𝐍

⚠︎ tw¡! autolesión.

Ruido.

Si hay algo que dentro de todo no logré entender hasta el día de hoy, es la manera en la que el ruido influía con él; desde subirle el ánimo hasta desencadenar un ataque, o incluso aquello que me hizo tanto daño aquella vez.
Bien es cierto que para el punto en el que lo descubrí, él ya había tenido ataques frente a mí, lo había visto autolesionarse un par de veces pero ayudado únicamente de uñas y manos; nada me había preparado para lo que mis ojos captaron.

Fue una noche de invierno, me hallaba en su casa, enredado con él entre mis piernas y una suave manta de sherpa esponjosa. El televisor reproducía el servicio de Netflix, proyectando la película "A Monster Calls", mientras que fuera de la habitación, la casa era ambientada por una pieza titulada "Hurt"; y a pesar de que la letra era devastadora, sumado al conjunto de la obra visual, destrozaba.
Por esa razón, cometí el error de pensar que las lágrimas que resbalaban por las tersas mejillas de mi novio eran algo normal, por la simple emoción del filme. No pude estar más equivocado; la película no había llegado al final cuando "Creep" comenzó a reproducirse de donde parecía ser la sala.

Inició por apretar los ojos fuertemente acompañado por un susurro que maldecía de una manera dulce, continuó con espasmos y ligeros temblores recorriendo su cuerpo; mi primera reacción fue atraer su figura contra la mía, presionándolo cerca de mí mientras me encargaba de aprisionar sus brazos y llenar de besos su cuello y su linda cabecita, mis manos pasearon peinando con todo el amor del mundo sus suaves cabellos grises y logré sacarle unas risitas al chocar mis labios contra la piel de su cuello, tan sensible como su corazón. Pensé que lo había logrado, que por primera vez había calmado su estado... o así fue hasta que la melodía se vio opacada por unos zapatos de tacón que resonaban al perfecto ritmo de un compás en dos tiempos, "dos, tres, dos, tres"; era su madre, quien en un suspiro tan pesado que se escuchó hasta la habitación, subía el volumen de la música para acallar los sonidos de la bella risa de mi amado.     

— JeongIn – le llamé al ver su mirada perdida, atraído por el hecho de que su risa se hallaba apagada, sabía que él odiaba que lo llamara por su nombre – Innie... 

No contestaba, su mirada cristalizándose más con cada segundo. Sus ojos estuvieron inundados en lágrimas antes de que pudiera hacer algo, y sus manos, aún entre la presión de mis brazos rodeando su cuerpo, lograron encontrar su piel. Sabía lo que venía; intenté besar su mejilla, hacer mimos en su cabella o susúrrale un "todo está bien", sin embargo, no funcionó.
Mi novio me metió el golpe más fuerte que jamás me han dado, golpeó mi mandíbula con su cabeza y un codazo bien ejecutado en las costillas me dejó sin aire, haciendo que lo soltara. 

En cuanto mis brazos ya no rodearon su cuerpo, él se levantó de la cama temblando, desesperado. Sus piernas flaqueaban y lloraba entre gritos ahogados y berridos que me desgarraban el alma, me frustraba tanto no saber qué hacer.