Capitulo 4

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POV Krist

Es sábado. Estamos con Singto andando en bicicleta por la Costanera Sur, cerca de su departamento en Puerto Madero. Estamos haciendo carreritas. El perdedor paga la picada, la pizza y la cerveza para el partido de fútbol de esta noche entre Argentina y Brasil.

-¿Qué le está pasando al león? La tortuga le está ganando. -  digo mofándome. Nuestras bicicletas están a una velocidad mínima ,ubicadas en paralelo entre si. El nombre de Singto literalmente significa león. Cuando era mas chiquito, me dijo que tengo los rasgos faciales de una tortuga. Así que solemos bromear con que somos el "león y la tortuga". Ambos tenemos un tatuaje de nuestro animal representativo. El mío lo tengo pequeño en el tobillo. En cambio, él lo tiene en el brazo.

- No te olvides que el león siempre está arriba de la tortuga-. Conectamos nuestras miradas. Me dedica una sonrisa burlona.

- Pero ,la tortuga tiene domesticado al león. - Él mira al suelo ruborizado por mi descaro. Sin embargo, como esta acostumbrado a mi insolencia. Levanta la mirada y se ríe con esa risa liberada.

Ya que estamos con el tema de "arriba o abajo'' .Experimenté ambos roles. No tengo ningún tipo de problema. El lema es "dar y recibir". De repente aparece en mi mente una imagen de Singto arriba mío .Estamos en su cama. Él sin remera con su piel morena descubierta. Acompañados por las luces nocturnas de Puerto Madero que se perciben a través  de la ventana. Él Observándome impetuosamente como un león acechando a su presa. Mientras acaricio ese tatuaje con finura.

- Este rey (de la selva) ya tiene al suyo.- Su tono de voz es sensual. Casi que es obsceno. 

Bueno, ya basta. Volviendo al mundo real. Seguimos pedaleando hasta que nos cansamos. Me bajo de la bicicleta y me acerco a él.

-Gané ,así que esta noche sos mi Sugar Daddy.- anuncio animado. 

- Hiciste trampa, me hacías reír para que me desconcentre. - se queja mientras se cruza de brazos. Me aproximo mas hasta que estamos frente a frente. Es solo un par de centímetros mas alto que yo. Lo agarro por la cintura. Abro mis labios para explicarle. 

- Ey , yo jugué limpio. Si mi belleza te distrae, eso es otra cosa.-  las comisuras de mis labios se elevan en mi mejor sonrisa coqueta. Rueda los ojos. 

- La tortuga ganó la guerra, pero no la batalla. - Sus brazos se posan en mi cuello por unos segundos, lo cual me sorprende. 

- No seas mal perdedor, Singtuan. Vayamos por algo para comer. - molestarlo es mi pasión. 

Terminamos este momento de vecindad para volver a subirnos  a las bicicletas y nos encaminamos a los puestos de comida.  Acá en Buenos Aires se suele debatir si es mejor comer un sanguche de bondiola, una hamburguesa o un choripán con salsa criolla. Ambos nos inclinamos por la tercera. Luego de pagar nuestro almuerzo con las bebidas, nos sentamos en unas mesas contiguas al puestito. Disfrutamos nuestros alimentos, dudo que haya algo mejor que esto

- Tenes...una manchita- susurra él. Mientras pasa su dedo por la comisura de mis labios para limpiarla. Definitivamente es la salsa de soja.

- Gracias, al menos no tenía un moco- bromeo. Me revuelve los cabellos.

- Quédate tranquilo, que si tuvieras uno, te lo diría - se ríe. Golpea mi  limpia nariz suavemente con su dedo medio.

 -¿También me lo limpiarías? -  

-  ¡ Puagh Kit no seas asqueroso! No me gustaría tener que limpiar un moco ajeno. - Sus parpados se cierran ligeramente, su nariz se arruga mientras levanta su labio superior en una mueca de repulsión. 

Atracción filosoficaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora