Perfectamente Imperfecto (Lou x Lectora) [Se sortea esta historia]

Capítulo 25

Hoy finalmente me había tomado el día libre lejos de la escuela, donde decidí pasar un rato en casa. Extrañaba estar aquí, y comer los pequeños postres de mamá. Cuando le conté sobre la fiesta que Anastasia iba a organizar, su respuesta fue justo la que sospeché.

—Princesa, no me gustaría que vayas a un lugar donde te hagan sentir menos.

—Lo sé, pero Lou estará allí, y no me gustaría dejarlo, aunque esté rodeado de gente, sé que se sentirá solo.

Mi madre me extendió un plato, donde estaba su famosa gelatina de licor de café. Con gustó la acepté, tomando mi cuchara para darle la primera probada.

Tan delicioso cómo siempre.

—Tú y ese muchacho son muy unidos, ¿verdad? —se sentó a mi lado, con esa sonrisa llena de emoción, cómo si mi vida fuera su novela favorita.

—Supongo que sí, él me dice que soy su primera amiga "verdadera".

—Uuh, ¿sólo una amiga? ¿estás segura de eso?

Con la gelatina en mi boca, iba a protestar, pero la mirada amenazante de mi progenitora me detuvo, sólo se enoja si hablo con la boca llena... cuando por fin me acabé mi bocado, pude hablar.

—Mamá, estoy completamente segura. —aún cuando mi voz era firme, inconscientemente escondí mis pulgares al momento que cerré mis puños.

—Me estás mintiendo, pero lo dejaré pasar por esta vez.

Nos quedamos en silencio un rato pequeño, hasta que después de meditarlo decidí preguntárselo.

—Mamá... ¿cómo sabes lo que siento?

—No sé bien lo que sientes, pero sabía que me mentías hace un momento porque siempre que lo haces, escondes los pulgares entre tus dedos, al menos conmigo.

Me quedé pensando un momento en lo que dijo, que inconscientemente bajé a ver mis manos, como si quisiera comprobar algo que justo ahora ya no estoy haciendo... a veces ni yo me entiendo.

—¿Cómo sabré lo que siento por él?

—Es diferente para todos, aunque yo te cuente como supe que estaba enamorada... nada me asegura que tú te sientas igual.

—Esto no me ayuda en nada..

Dejé el plato a un lado, tirándome en el sillón, dejándome llevar por mis pensamientos e imaginación...

No le había dicho a mis padres lo se intercambio... porque aún no lo tenía claro

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TN no había sido la única en tomarse un día. Lou caminaba por la ciudad, buscando con la mirada a su, apenas conocida, hermana.

La localizó sentada en una cafetería, con la misma bebé en brazos, junto a un hombre que le sonreía con tanto amor, que hasta se sentía mal de interrumpir.

—Alicia... —llamó el rubio apenas ingresó al lugar.

—Hola, Lou, anda toma asiento.

Algo incómodo, le hizo caso, sentándose frente a ellos mientras buscaba las palabras correctas para empezar con esta reunión. Mas la reacción de su hermana la detuvo.

—¡Ah! ¡Casi se me olvida! Lou.. él es mi esposo, Alan. Alan, él es mi hermano, Lou.

Ambos se saludaron cortésmente, aunque la incomodidad seguía presente en el lugar...

—Mi madre no sabe que estoy contigo. —avisó de una vez el rubio, rascando su nuca por un breve instante.

—Era de esperarse, si lo supiera no te hubiera dejado venir ni nada, es más, ya hasta me hubiera buscado.