11. El Suplicio de París

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James Courtois se hallaba en su casa tomando el desayuno. De pronto, recibió una llamada.

La imagen de un agente se mostró en el centro de la mesa del comedor.

—¿Qué sucede?

—Monsieur; debe venir urgente al Departamento de Investigaciones.

—¿Pasó algo malo?

—Sí, Monsieur. El Detective Legrand fue hallado muerto.

Courtois soltó su desayuno y se levantó de la mesa.

—Debo irme, cariño —dijo a su esposa.

—Bien, querido. ¿Te espero para la cena?

—No estoy seguro. Te llamaré luego.

Así, se colocó su gabardina y salió muy rápido de la casa.

...

Treinta minutos más tarde, James llegó al Departamento de Investigaciones. En el interior, se hallaba Leonor Clement. Estaba con los brazos cruzados, mientras observaba el cuerpo de Legrand levitando.

—¿Qué sucedió aquí? ¡OH, DIOS SANTO! —expresó James.

—Yo me pregunté lo mismo —dijo Clement.

—Está... flotando.

—Sí. No sé cómo. Realmente no quiero tocarlo.

—Entonces es cierto. Ese demonio regresó.

—¡Sin duda! Al parecer Legrand estuvo viendo el video —dijo Clement, dirigiéndose a la oficina del occiso.

James la siguió, y ambos observaron con detenimiento los últimos minutos de la grabación.

—Morandé no está en el video.

—¿Sabes lo que significa? —preguntó Clement—. Que he detenido a un hombre inocente. Todo este tiempo tuvo la razón. Ese demonio regresó. Ahora París está en riesgo.

Luego, mientras conversaban, todo el cielo se oscureció. La noche parecía envolver el lugar.

—¿Qué está pasando allá afuera? —preguntó James.

Ambos salieron de la oficina y se asomaron en la puerta de vidrio.

—Es de noche —dijo Clement.

—¡Esto es absurdo! Son las nueve de la mañana.

Monsieur Courtois; tiene que ver esto —dijo un oficial, mostrándole imágenes desde un dispositivo, donde se transmitían las noticias matutinas.

Nuestra Reportera: Emma Fournier, se encuentra en estos momentos en Lane. Tiene para nosotros una información importante de lo que está ocurriendo en el Centro de París. Adelante Emma.

Gracias, Grayson. En este momento está sucediendo algo muy extraño. La Capital se ha vuelto oscura. Parece que la noche nos ha arropado nuevamente, cuando tan solo mi reloj marca las 9:07 de la mañana. Muchas personas se encuentran alteradas. Hay gente corriendo por todos lados. Ahora solo surge una pregunta... ¿Será este el fin del mundo?

De pronto, la transmisión se interrumpió. La Reportera Emma Fournier se quedó observando al camarógrafo.

—¿Qué sucede? —preguntó.

El camarógrafo bajó su equipo, y señaló hacia los edificios que se hallaban al frente.

Emma volteó. Luego, algo provocó que soltara su micrófono.

—¡Dios mío!

Un enorme número 50 se formó en uno de los edificios más altos.

—Es El Escondido. Yo me voy de aquí —dijo el camarógrafo, huyendo del lugar.

Escondido, un Juego de MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora