8. EMOCIONES

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Renjun no había bebido suficiente para tener resaca, pero despertó más tarde de lo habitual, tomó un baño y puso especial esfuerzo en arreglar su cabello, desayunó algo ligero, la hora de la cita estaba marcada para el almuerzo, Renjun quería llevarlo a un restaurante que había descubierto hace poco y le gustaba, no había ido muchas veces por lo que no conocía todo el menú, pero lo que probó en esas ocasiones era delicioso.

Revisó el dinero en su billetera antes de salir, estaba empeñado en ser el que invitara esta vez.

Al principio Renjun tuvo la idea de invitarlo a comer en casa y pedir a domicilio, pero cambio de idea cuando pensó en la incomodidad que podría sentir por lo ocurrido la noche anterior, ahora quizás estaba reconsiderando la idea. Jeno lo miraba con dedicación, como si fuese lo más interesante del mundo, la sonrisa que le dedicaba no era precisamente de amigos y pese a que no habían establecido contacto físico y mantenían una distancia normal, la atención de la gente alrededor era evidente.

En el restaurante las cosas no fueron diferentes, Jeno colocaba comida en su plato de forma tan natural que era evidente que no era la primera vez que lo hacía, colocaba cerca de Renjun sus platos acompañamientos preferidos, llamando la atención de las mesas cercanas.

-Jeno, nos están mirando.

En lugar de detenerse el contrario sonrió-. Seguramente me envidian.

Renjun metió comida en su boca al no encontrar palabras para responder a eso, sintió sus mejillas enrojecer y esperaba no fuesen tan notorias como se sentían.

Un chico bonito coqueteando era peligroso.

La suerte no solía ser un buen aliado del chino y lo recordó al ver la intensa lluvia al salir del restaurante, su plan de dar una vuelta por allí tuvo que ser cambiado a volver al departamento y ver una película, el recuerdo de la última vez que estuvieron solos llegó a la mente de Renjun haciendo que su corazón latiera a mayor velocidad, ansiando otro beso, pese a que se negaba a admitirlo.
Jeno no inventó una excusa, en cuanto ambos estuvieron sentados en el conocido sillón de la habitación del mayor lo tomó del rostro- ¿puedo besarte?

La petición a modo de súplica en aquel tono de voz grave hacía imposible denegar el pedido, Renjun asintió mientras abría los labios.

En esta ocasión no había alcohol de excusa y Renjun pudo entender por primera vez aquello que había escuchado y leído sobre estar con una persona, siempre pensó que era diferente, no le apetecía el contacto cercano y era algo reacio a imaginar compartir cualquier tipo de fluido con alguien más, pero ahora con la lengua de Jeno en su boca, saliva saliendo un poco por los lados, no se sentía mal, no le importaba estar arrugando la ropa del contrario, atrayéndolo hacia sí.
Cuando se separaron para poder respirar, estaban acostados en el sillón, Jeno sobre Renjun, con la respiración pesada y una capa de sudor evidente.

-¿Quieres ser mi novio? –preguntó Jeno sonriendo, sus brazos manteniendo su peso para no aplastar a Renjun bajo él, en aquella incómoda posición, le hubiese gustado buscar un mejor momento, pero la imagen frente a él era demasiado para resistirse.

No sabe si su “si” lo dijo o lo pensó, pero estaba seguro que Jeno lo había entendido, porque su respuesta fue dada luego de que tirara de él para que estuviesen más cerca y volver a besarse.

PARALLEL [Noren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora