Capitulo 15. Morgan Stephen.

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Y no, no era ni Priscila, ni Sibylle, ni Tricia, ni él que por un momento de esperanza esperaba que fuese, Michael.

Era Morgan Stephen, la perra más perra de todas.

Morgan iba a nuestro instituto, también fue a nuestro colegio y por si fuera poco estuvo con nosotros en la guardería. Era la típica niñita de aspecto angelical que cuando menos te lo esperabas te la clavaba.

Obviamente nunca me fie de ella, y digamos que siempre nos hacíamos la vida imposible la una a la otra ya que ninguna nos soportábamos. Los chicos tampoco la soportaban, ni a ella ni a su puta voz de ardilla. Era desagradable a más no poder y no estoy exagerando.

Ah, y SIEMPRE iba detrás de Luke.

Cuando estábamos en la guardería iba detrás suya porque quería que le cogiese de la mano, en el colegio iba detrás suya porque quería que fuese su primer beso y ahora en el instituto va detrás de él para follarselo, pero obviamente no para que sea su primera vez porque ésta es más puta que las gallinas pero bueno, ya cojera sida o algo.

Lo más gracioso es que Luke nunca le hacía ni puto caso pero lo menos es que tampoco le paraba los pies y eso me ponía enferma.

Cuando todos la reconocimos suspiramos a la vez.

- ¿Qué haces aquí, Morgan? - preguntó Calum con el ceño fruncido.

- Vengo a ayudaros a buscar a Michael. - dijo ella mientras atrapaba uno de sus mechones dorados y lo enrollaba en su dedo índice.

Falsa.

Falsa.

Puta.

Falsa.

Morgan y Michael nunca se llevaron bien ya que Michael siempre se reía de ella cuando intentaba acercarse a Luke y además me ayudaba a picarle. Se tenían asco mutuo en pocas palabras.

Ha venido por lo que yo me sé y allá ella porque puede perder la cabeza fácilmente cuando se la arranque yo de una hostia pero bueno.

- Si tú y Michael nunca os habéis soportado. - dijo Luke.

- ¿Qué dices Lukey? Si Michael y yo nos llevamos muy bien.

Y sin saber cómo empecé a acercarme a grandes zancadas hacia ella. ¿De qué vamos diciéndole Lukey a mi Lukey? Lamentablemente Luke y Ashton me pararon antes de que pudiese llegar a empezar a arrancarle una a una las extensiones baratas que tenia pegadas a la cabeza.

- Vamos Daphne, no podemos retrasarnos o será demasiado tarde, solo ignórala, recuerda que estamos aquí por Michael. - susurró Ash en mi oído.

Tenía razón.

Retomamos el recorrido que llevábamos y de vez en cuando escuchaba alguna que otra risilla aguda a mis espaldas. Y no, no era Ashton. Era Morgan.

No quería ni girarme porque sabía que no respondería de mis actos si lo hacía.

Hasta que lo hice y sinceramente hubiese preferido que me comiera un puto dragón antes de ver lo que vi.

Los dos abrazados y Luke correspondiéndole. Nos miramos a los ojos y vi como Luke me miraba sabiendo que la había cagado.

Seguí andando hacia delante mientras pensaba en Michael y nada más que en Michael. Lágrimas empezaban a hacer que mis ojos escociesen, no lágrimas de pena, lágrimas de impotencia.

Impotencia por no poder darle su merecido a esa guarra, de impotencia porque algo en mi interior me decía que no conseguiría salvar a Michael, lagrimas de impotencia por ver que la otra capulla estaba tomándose esta situación a broma cuando la vida de Michael y la nuestra estaba en juego, de impotencia por no poder romperle la cara a Luke.

Porque aunque solo fue un abrazo esa imagen me dolió demasiado y porque aunque me costase admitirlo la abrazaba a ella cuando yo también tenía necesidad de que me abrazase y me dijese al oído que todo iba a estar bien.

Unos brazos se pasaron por mis hombros acercándome a un cuerpo.

Calum.

Le abracé e intenté no soltar ni una lágrima, porque no iba a darle semejante satisfacción a Morgan.

- Déjalo, es gilipollas, pero hazme caso cuando te digo que está enamorado de ti.

Seguimos andando hacia la casa, hasta que la tuvimos a unos metros. Miré el reloj, 23:15.

- No puedo entrar a esa casa si no me das la mano.

Me giré viendo como Luke me miraba con una pequeña sonrisa a la vez que me tendía la mano.

Mire su mano, luego le mire a los ojos y de nuevo a su mano.

- Que te de la mano Morgan. - dije intentando no sonar muy enfadada, cosa que no conseguí en absoluto.

Eso hizo que se borrase la sonrisa de su rostro.

- Vamos Daphne, sabes que Morgan para mí siempre ha sido insignificante, me ha abrazado y le he correspondido impulsivamente, como si me hubiese abrazado un mono del zoo, pero por favor no estés enfadada conmigo, porque estas pueden que sean nuestras últimas horas juntos y no quiero morirme estando distanciado de la única persona que me importa de verdad.

Y tras eso, solo le besé, le besé como si fuera la última vez que fuera a hacerlo intentando demostrarle que sin él, sin el hoyuelo que se formaba en su lado derecho de la cara cuando sonreía y sus ojos azules no sería nada.

- ¿Vamos? - preguntó en susurro Luke sobre mis labios.

- Vamos. - dije para a continuación darle un pico y empezar a andar hacia la casa.

Instintivamente miré hacia atrás notando tres miradas sobre nosotros.

El panorama era el siguiente: Calum me decía un "te lo dije" gesticulando con sus labios, Ashton me miraba con una sonrisa pícara en su rostro dejándome claro en lo que estaba pensando y a Morgan le llegaba la mandíbula al suelo.

Sinceramente en ningún momento besé a Luke con la finalidad de darle su merecido a Morgan, pero lo había hecho y estaba orgullosa de ello.

Cuando estuvimos frente a la puerta de la casa está se abrió sola.

Entramos dentro y ésta se cerró a nuestras espaldas.

A continuación en toda la casa retumbó una voz:

"Bienvenidos de nuevo a mi casa, chicos. Por lo visto traéis una nueva amiga, creo que nos lo vamos a pasar muy bien".

No le mires a los ojos | Luke Hemmings Donde viven las historias. Descúbrelo ahora